Les tocaría la cárcel

Al menos ya legislaron y de comprobarse los amaños, a jugadores y dirigentes les tocaría la cárcel

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Foto Por edhdep

Por Manuel Cañadas | Twitter: @MemeCanadas

2016-03-15 9:42:00

El próximo jueves, la Asamblea Legislativa someterá a votación la reforma al Código Penal para que los amaños o “delito de fraude deportivo” tenga un mínimo de cinco años de cárcel. Todo ello derivado del escándalo que se armó en la selección nacional con una generación de futbolistas y probablemente dirigentes que se lucraron vendiendo partidos y burlándose de un país que creía en ellos. Es que en el mundo siempre han existido los corruptos, son como una plaga pues proliferan y están en todas partes.

Ellos realizan sus desmanes para sacar provecho de otras personas, oficios, profesiones e instituciones. Casi siempre actúan a la sombra de corruptores, quienes los manipulan a su conveniencia. Para nuestra desgracia, un mal día aparecieron oscuros personajes extranjeros, miembros de esa especie, en busca de amañar los partidos de la Selecta y de equipos que participaban en competencias internacionales y se encontraron con futbolistas y probablemente dirigentes, económica y emocionalmente aptos para sus extorsionantes maniobras. Es probable que en ese momentos los jugadores no hayan tenido quién los orientara sobre las consecuencias que pudieran tener y se dejaron llevar de manera instintiva por el ansia del dinero. 

Carentes de escrúpulos traicionaron a una afición y a un país que creía en ellos, cuyo escudo salían besando en los afiches. No pesó en modo alguno el honor de representarlo dignamente y todo quedó tirado al traste, sin calcular los verdaderos alcances de sus despropósitos. No se trataba pues de un tema menor, ya que el amaño de los partidos se ha multiplicado en el mundo desde que la industria de las apuestas puso sus ojos en la actividad. Una gigantesca lotería donde operan las mafias y que en El Salvador encontró el terreno abonado. Los mafiosos se aprovecharon de la carencia de valores de quienes se prestaron a manchar sus nombres, sus familias, su profesión a cambio de dinero y dejaron una huella sucia y pestilente. 

Pero dejaron también tantos cabos sueltos, que las investigaciones y el tiempo sacaron a la luz lo que estaba semioculto y a una brillante pero corrupta generación de futbolistas les llegó el castigo y fueron suspendidos de por vida para practicar de manera federada el deporte. En tales circunstancias, se ha tenido que acudir a jugadores emergentes para hacerle frente a los compromisos internacionales, hemos tocado fondo y nuestros pobres representantes dan pena jugando ante equipos que antaño dominábamos, con la consecuente deserción de los aficionados, pues ha sido enorme el sentimiento de frustración, cólera y tristeza.

Paradógicamente hemos tenido una sensación de pena por estos amañadores cuya imprudencia y codicia los llevó a un punto que nunca imaginaron, cuando sus simplezas de muchachos de barriada o del campo, acaso desprovistas de libros y enseñanzas, había cambiado radicalmente para darle paso a un oropel de viajes, hoteles de lujo, cuidados, viáticos, reportajes, autógrafos e insistentes fotos que los llevaron a creer que nunca serían descubiertos y que, si ocurría, se les toleraría. A su muerte deportiva se agregó que los juzgaron como delincuentes, aunque no había una base legal para hacerlo, en un país donde ladrones, narcotraficantes, asesinos, acaparadores y depredadores sexuales se burlan de la justicia, incluso algunos son figuras de opinión pública y hasta nos gobiernan.

En esos días el fútbol fue noticia y funcionó como cortina de humo para ocultar problemas graves de carácter nacional. Pero el daño fue terrible y va a pasar mucho tiempo para que se pueda reparar, ha sido el ciclo más oscuro de nuestra historia futbolística, al que nunca deberíamos volver, en que la decepción, la furia y la tristeza nos tomaron por asalto y colmaron de impotencia a los aficionados, pues ellos se entregaban al equipo azul y blanco esperando triunfos que no se iban a dar ya que los partidos estaban arreglados. 

Un golpe mortal, una pesadilla que abarcó más de dos años, que solamente con el tiempo se podrá ir asimilando poco a poco. En realidad no vale la pena recordar los nombres de quienes enlodaron tanto a nuestro querido deporte, aunque deben haber faltado nombres de algún dirigente,, pero es necesario e importante que tal desacato sea considerado un delito para que no vuelva a ocurrir.