En Costa Rica, los candidatos a miembro del comité ejecutivo de la federación de fútbol deben haber formado parte de alguna junta directiva de algún equipo miembro de la federación, por un período mínimo de dos años.
Los estatutos de la federación salvadoreña, en el articulo 35, limitan el acceso al comité ejecutivo a quienes hayan pertenecido a cualquiera de las estructuras del fútbol, por al menos tres años consecutivos. En Panamá son cuatro los años de servicio en el fútbol del dirigente que quiera optar a un cargo en el comité de la Fepafut.
Los mismos años de actividad que exigen los estatutos de la federación en Honduras. En Guatemala, los estatutos de la federación de fútbol no contemplan el requisito que limita la conformación del comité ejecutivo a miembros que hayan sido parte activa del fútbol por algún periodo definido.
Habrá que recordar que ser parte activa del fútbol por un periodo definido no ha evitado a que al menos ocho centroamericanos sean denunciados por el Departamento de Estado de los Estados Unidos. Los mismos nombres que también aparecen en la demanda presentada por FIFA ante la corte distrital de Nueva York.
Habrá que aclarar que cada uno de los estatutos de las federaciones de fútbol de Centroamérica dice claramente, que aquel que opte a ser parte del comité ejecutivo de la federación deberá ser “de reconocida honorabilidad”. En El Salvador se ha dado un paso fundamental, aunque silencioso, para creer que puede cambiar el panorama desolador del fútbol.
La más reciente asamblea extraordinaria de la federación salvadoreña de fútbol, propuso la creación de una comisión independiente para la revisión de los estatutos. Esta comisión podrá proponer cambios a las leyes que rigen el fútbol nacional. La modificación del artículo 35 que restringe el acceso al comité ejecutivo debe ser una de sus principales propuestas.
El fútbol nacional puede salir adelante si su dirigencia es compuesta por gente comprometida por el juego, pero capaz. Con personalidades de intachable trayectoria, preparada en la conducción de empresas competitivas. La situación de urgencia así lo requiere.
La Fesfut está quebrada en muchos aspectos mucho más allá de una pobre situación financiera pero sobre todo, su índice de credibilidad está en la ruina. El aficionado salvadoreño no cree en el dirigente de fútbol. Conducir el fútbol nacional es sinónimo de muchas acepciones negativas.
Cambiar los estatutos para que desaparezcan las restricciones de acceso al comité ejecutivo de la Fesfut sería un paso fundamental. El viernes juega la selección un partido más en el proceso de eliminación mundialista. Ningún resultado, por positivo que sea, sería suficiente para sacas al fútbol nacional de su miserable situación actual. Los grandes cambios empezarán a partir de una Fesfut integrada por personas capaces.