La maestra del surf

La surfista Esmeralda López trabaja en un chalet en El Sunzal, pero también da clases a chicos sobre este deporte. “El surf es un estilo de vida”, manifiesta.

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Foto Por edhdep

Por Varinia Escalante | Twitter: @VSkalanT

2016-03-27 4:33:00

EL SUNZAL. Trabaja en el Complejo Educativo Cantón El Sunzal. Sin embargo, no es una maestra de chicos en un aula, con cuadernos y una pizarra. No. Es una maestra de chicos en la arena, la playa, las olas y las tablas de surf. Y el trabajo en la escuela es otro.

Esmeralda López, quien cuenta que desde hace tres años está alejada de la Federación de Surf por no recibir el apoyo que ella esperaba, sale adelante como muchos otros atletas en este país. Tiene un trabajo al que acude a diario, desde las 6:00 de la mañana hasta las 4:00 de la tarde, en esa institución educativa. Ahí, junto a su madre, doña Reyna de López, sacan adelante el chalet de la escuela.

“Me gusta estar aquí porque es la mejor forma en la que no me alejo de la zona (Sunzal). Ir a trabajar a San Salvador me resta tiempo para poder salir rápido por la tarde para entrenarme”, revela la surfista.

López detalla que no ha dejado el surf, a pesar de ya “no competir formalmente, pero entreno como si voy a tener competencia el fin de semana, para seguir en forma”.

Relata que, desde las 5:00 a.m., está en pie preparando todo lo que llevará al trabajo. Ya estando en su pequeño espacio, que se divide en un par de mesas y bancas -donde los alumnos desayunan, toman el recreo y almuerzan-, la cocina, un lavadero y su propia silla donde toma apuntes, se dedica a diferentes oficios.

El principal: cobrar. Pero apoya a su mamá, y a las dos mujeres que les colaboran, limpiando mesas, sirviendo, lavando platos y vasos, preparando comida. Siempre con una sonrisa para el alumnado.

“Estar en el Sunzal es como sentirme en mi casa. Aquí estudié hasta el noveno grado, porque el bachillerato lo hice en el Puerto (La Libertad). Así que me siento cómoda aquí, me conocen y los conozco a todos, es mi ambiente y, además, está cerca de mi casa”, resume esta “sunzaleña”.

Pero también cuenta que “pinta cuadros, con la peña de El Tunco, hago bolsos y gorras que pinto. Y escribí un instructivo para surfear, que está en inglés también. Lo vendo por internet, y ha llegado hasta Rusia hasta ahora”.

Su mente, además, está pendiente del horario en el que sale corriendo a la playa a su segunda función del día. En la escuela, tiene a tres alumnos que asisten a las clases de surf que les imparte a diario. Cursan el sexto grado.

“Lo hago por ellos, porque les gusta esto y quiero que sean alguien en la vida. Los aconsejo en que no deben dejar el estudio, que eso es lo más importante. Y porque quiero que sean campeones, que mi experiencia y conocimientos los hagan profesionales del surf”, manifiesta.

La experiencia de esta campeona nacional, que participó en los Mundiales ISA de Portugal, Costa Rica, Panamá (2008-2010) y ha fue subcampeona en el Centroamericano de Nicaragua, es lo que le da el crédito para que sus chicos aprendan muchas cosas.

A las tablas, chicos

A las 4:00 de la tarde, puntuales, todos los alumnos están ya listos para escuchar lo que Esmeralda debe decirles. La clase arranca con una charla; luego, lo que harán ese día. Pasan a los ejercicios de calentamiento, para evitar cualquier lesión, y las ganas de surfear son evidentes en todos.

Los alumnos Kevin Canto, Cristian Gómez y Ernesto Mohr y junto a Dayana Santamaría, los de ese lunes a la tarde en la cátedra de la arena, cuentan lo que han aprendido y lo que quieren. “Esmeralda nos ha enseñado a pararnos en la tabla, el dominio que hay que tener en las olas y las técnicas”, dice Ernesto.

Mientras Kevin señala: “Queremos ser campeones de surf, estar en competencias y poder lograr medallas. Vamos paso a paso, pero podemos lograrlo con la práctica”.

La esperanza de la maestra López, quien sabe que estos jóvenes “son el futuro del deporte”, se vuelve real en ese momento en el que todos se lanzan al agua. Con sus tablas, un mundo de olas se abre para todos, para aprender, para soñar con el futuro. Para que Esmeralda sea a los chicos, lo que los chicos serán al surf en un futuro no muy lejano.