Un “pantera negra” está preparado para tener la pelea más ruda y callejera. Así fue formado, como si lo hubiera hecho en la calle. Tiene potencia en sus manos y su entrenamiento para pelear es similar al de Tailandia, China o Corea del Sur.
Un “pantera negra” no luce uniformes de marca, tampoco entrena en máquinas de gimnasio de alta tecnología, pero sí tiene amor a las artes marciales. Esos son los “parteras negras”, un grupo de jóvenes que entrena en un gimnasio rudimentario en Soyapango, donde hay campeones y atletas que han puesto en alto el nombre de El Salvador en varias ramas de las artes marciales.
Vea la galería de fotos desde su móvil en el siguiente link: Las panteras negras de Soyapango
Una de ellas es Débora Rivera, la “panterita negra”, una joven que ha sido cinco veces campeona centroamericana. Estudiante universitaria de mercadeo bilingüe en una universidad privada.
Débora solo es una muestra del trabajo que hace el profesor Paul Rivera, un maestro con una preparación de más de 50 años de experiencia.
“Algunos nos critican porque nuestros métodos son antiguos, no comerciales, pero sinceramente es importante saber pelear para defenderse por los tiempos que estamos viviendo en nuestro país”, dice. El entrenador relata que su gimnasio camina a puro esfuerzo propio, no tiene apoyo de INDES, pero sí son reconocidos como atletas.