Adiós al Mundial, si pierden

Honduras y El Salvador se enfrentan este martes con una sola meta: una victoria, para seguir con “vida” rumbo a la hexagonal. Un empate de poco serviría para ambos.

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Foto Por Marlon Hernandez

Por Wilfredo Hernández, enviado especial a San Pesdro Sula, Honduras | Twitter: @wilhernandez68

2016-03-28 7:29:00

Ya no hay margen para equivocarse. Honduras recibe este martes a la selección de El Salvador con la soga al cuello y consciente de que una victoria es la única manera que tiene para salir del atolladero en el que está. Un empate, dicen, sería decirle adiós a la eliminatoria y prolongar la esperanza en la selección cuscatleca, aunque no le garantice nada más que eso, más esperanza.

Y es que Honduras será el equipo más presionado en el Olímpico de San Pedro Sula. No necesariamente por ser local y estar frente a más de 30 mil aficionados en el estadio y más de ocho millones en el país, sino por lo que le significaría no lograr un resultado positivo ante El Salvador.

Por eso Jorge Luis Pinto, el técnico catracho, en la conferencia de ayer aceptó que lo que más ha trabajado con su equipo ha sido “la tranquilidad y saber defendernos”. Por eso, también, el técnico colombiano dijo que visualizaba un partido “sin locuras, sin desesperaciones” por parte de su equipo, eso sí equilibrado.

Pinto sabe que necesita urgentemente del triunfo para seguir con vida, una derrota lo dejaría fuera de la hexagonal y un empate, si bien matemáticamente no, prolongaría un calvario del que él es el principal protagonista.

No hubo descanso para la “H”. Desde el sábado que arribó a San Pedro Sula después de empatar 2-2 en el Cuscatlán, el colombiano se puso a trabajar con el equipo, primero para tratar de recuperar a un Andy Nájar que venía golpeado, que según dice lo logró, y luego para corregir los errores cuando aún estaban frescos en la mente de sus jugadores.

No ha parado la selección catracha de cara al partido y lo que más se oye en la interna es “tranquilidad, no desesperarnos”, quizás conscientes de que por ahí podría andar su punto flaco y que lo podría aprovechar la Selecta.

Habrá más concentración, dijo también el capitán Maynor Figueroa ayer. Estar más atentos y no cometer los errores del partido del pasado viernes, agregó. Honduras, por fuerza, tendrá que presentar mucha más contundencia, no le queda de otra. El Salvador, por su parte, tendrá que saber explotar la natural desesperación catracha y golpear a base de contragolpes. Ayer “Primi” no mostró muchas cartas, un entrenamiento ligero a puertas cerradas y un silencio casi absoluto, roto únicamente tras el reconocimiento de la cancha del Olímpico. De ahí, la Selecta ha jugado su partido, y bien, afuera de la cancha, echándole la presión al rival; una “H” que, también, está cerca de quedarse muda.

Contrario al aficionado local, los seleccionados catrachos confían que el Olímpico será un factor a favor. Apelan que en este escenario han vivido grandes triunfos, pero el momento no está, al menos en la afición, para vivir de recuerdos. Aunque ni los recuerdos, la afición y las estadísticas jueguen el partido.

Otra “H”

Habrá cambios en Honduras. Lo confirmó Pinto aunque sin mostrar sus cartas. La única, la obligada de Johnny Palacios, que se perderá el partido por sanción. En su lugar estará Henry Figueroa, que hará pareja con Maynor Figueroa al centro y a los costados estarán Brayan Beckeles y Emilio Izaguirre.

La prensa local especula con un medio campo diferente para el partido de este martes. Podría aparecer Alfredo Mejía por Jorge Claros y Elis Martínez bajaría en lugar de Mario Martínez, uno de los más señalados tras el juego en El Salvador.

Pinto podría ceder ante la presión y alinear a Carlo Costly junto a Anthony Lozano, en una apuesta muy ofensiva que le garantizaría posesión y más llegada, pero sobre todo mucha contundencia.

El Salvador llegó a San Pedro Sula tranquilo. Sabe que el urgido es Honduras y, por ende, el más presionado. Ha jugado la Selecta al escondite, al silencio. Con dos puntos en su haber, uno más que los catrachos, apelará a un resultado que le permita no alejarse de Canadá, a expensas de lo que hagan los de la Hoja de Maple contra México en el Azteca.

El equipo llegó a Honduras con todos disponibles. Por eso la única duda que maneja es la portería, después de la intervención desafortunada de Derby Carrillo del viernes, podría el “Primi” considerar a Henry Hernández, por el tema estatura. Aunque nada quita una nueva sorpresa del técnico nacional.

Sabe el “Primi” que él también juega el partido. Sabe que está presente su conocimiento a los jugadores locales, y está consciente que ese factor pesa en la interna catracha.

Apelará a bajar el balón, a jugar a ras de piso, que fue donde se vio mejor el viernes. Evitará el choque y los pelotazos al frente, para no facilitarle el trabajo a los zagueros y hombres de marca del rival. Por eso no podrían haber demasiados cambios en el once inicial con respecto al del partido anterior.

Podría apostar con un Roberto Domínguez en pareja con Henry Romero, tirar a Alex Mendoza por derecha, donde Xavier García sufrió a Andy Nájar, y por la izquierda repetir con Denis Pineda, atrás de un Alex Larín que quedó a deber en el partido pasado.

La media estaría cantada con Darwin Cerén, Richard Menjívar, Juan Barahona y Pablo Punyed un poco más adelantada, para llegar desde atrás y hacerle compañía a Nelson Bonilla, el hombre en punta. Al menos eso es lo esbozado por el “Primi” en el único entreno de ayer en tierras catrachas.

El Olímpico podría ser la tumba para la “H” o su redención, misma que sería la sentencia de una selección salvadoreña que guarda esperanzas cuando, hasta el partido del pasado viernes, casi nadie apostaba por ella.