14 despropósitos de la Selecta en las eliminatorias Rusia 2018

Cuando se hace todo mal, el desenlace es inevitable. El camino hacia Rusia 2018 estuvo lleno de incoherencias.

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El portero salvadoreño Derby Carrillo,  y el hondureño Anthony Lozano, juego Honduras y El Salvador.

/ Foto Por Moises Castillo

Por Por Claudio Martínez

2016-03-30 11:18:00

A la Selecta solo le falta la letra “a” para completar la palabra “eliminada”. Para eso, o para consumar el triple milagro al que se aferra Ramón Maradiaga –victoria ante México y Canadá más combinación de otros resultados ajenos- habrá que esperar hasta el mes de septiembre. Para sacar conclusiones, en cambio, es suficiente con lo que ha ocurrido hasta aquí en las Eliminatorias para Rusia 2018. 

El calendario ha sido cruel con El Salvador, es lógico que no avance al Hexagonal si se tiene en cuenta que tuvo más rivales que cualquiera. Mientras que todos en el Grupo A se enfrentaban a tres adversarios, a la Selecta le tocó más difícil. A México, Canadá y Honduras, los rivales que deparó el sorteo, hay que sumarle al propio El Salvador, quizás el adversario más duro y el que finalmente le dio el tiro de gracia. Hay que decirlo abiertamente, no hubo peor rival para Selecta que su misma inoperancia, encabezada desde los federativos, seguida por los entrenadores y acabando por los jugadores, que también tienen su cuota de responsabilidad. Nadie puede asegurar que haciendo las cosas bien se hubiera avanzado, pero sin duda se habría hecho un mejor papel y, sobre todo, se habrían evitado varios papelones. ¿Los enumeramos?

1. LA IDA DE ROCA. Después de los primeros juegos en el camino a Rusia 2018 la Selecta se quedó sin entrenador. Los juegos con St Kitts & Nevis, especialmente el flojísimo 2-2 en Baseterre sentenciaron a Albert Roca. Es cierto que después solventó la vuelta con un 4-1 en el Cuscatlán y que hizo una Copa Oro decente (mal en resultados, aceptable en juego). Pero el destino del catalán quedó sellado en la serie contra St. Kitts. A partir de ahí le bajaron el pulgar en la Fesfut, que además de no creer en él le consideraban caro. Al final acabó renunciando porque sabía que de todos modos sus días estaban contados. Los jugadores se pusieron del lado de Roca, no de la Fesfut. 

2. ZARCO, CONTRA RELOJ. A pesar de que los juegos ante Curazao estaban cerca, la salida de Roca provocó un reality show en busca de nuevo entrenador. Un desgaste y una pérdida de tiempo analizando currículums y perfiles de entrenadores, con su respetiva pausa en las vacaciones agostinas, para luego, ya sobre el límite del tiempo, anunciar a Jorge Rodríguez, quien en un principio se había negado. Zarco apeló a la practicidad: armó un equipo casi sin legionarios, basándose en los jugadores de su sólido Metapán, y salió del paso como pudo. Jugando feo, sí. Cuidando el 1-0 en ambos casos, sí. Pero avanzó.

3. LA IRA DEL ZARCO. Cuando parecía que la continuidad del Zarco en la Selecta era un hecho, todo se complicó. Pasaban los días y no había arreglo. Las negociaciones con Metapán y con el propio técnico se dilataron. El propio Rodríguez anunció que no iría otra vez a la Selecta cuando se enteró que además estaban en negociaciones con Ramón Maradiaga, de quien dijo que “fue traído por un periodista”. El Plan del Zarco, que incluía un trabajo a largo plazo y la colaboración y experiencia de Hugo Pérez, quedó en la nada.   

4. PRIMI, EL PLAN B. El hondureño Ramón Maradiaga asume como nuevo entrenador –firmaría contrato bastante después- en reemplazo de Zarco. Según la Fesfut, era el Plan B que tenían por si Rodríguez les decía que no. Otra vez se cambia de caballo en medio del río. Los argumentos de los federativos para contratarlo: conocía a la Selecta por haberla analizado en la Copa Oro, pero más conocía a Honduras, el rival a vencer en la Eliminatoria, que además venía con el antecedente de que dirigiendo a Guatemala había eliminado a sus paisanos.

5. TENSIÓN POR LAS CAMISAS. El mal clima entre jugadores y federativos, que ya se había manifestado tras eliminar a Curazao en una conferencia donde Alex Larín exigió mejores condiciones para los seleccionados, tuvo un segundo episodio. Fue cuando el propio Larín y Darwin Cerén criticaron con dureza el diseño de la nueva camiseta Mitre.

6. LA HUELGA. A tres semanas del debut con México en la fase de grupos, la relación jugadores-federativos termina de estallar con la retirada de los jugadores del hotel del INDES y la no comparecencia al entrenamiento del día siguiente. Exigen mejores condiciones. La Fesfut publica sus peticiones, y todo empeora. Además de condiciones, también piden bonos, premios y mejoras en los viáticos. Guerra total, con Richard Menjívar tratando de “corruptos a los federativos” y Darwin Cerén diciendo que la “los directivos solo van a paser en los viajes”. El escándalo, además, hace que la Selecta no se entrene durante toda la semana.

7. AL AZTECA SIN LOS MEJORES. Un grupo de jugadores, al menos diez entre legionarios y jugadores del fútbol domésticos, son parte de una lista negra de la que Maradiaga no puede contar para ir al Azteca. Acaba por hacer una nueva lista para la aventura en tierras mexicanas donde conviven algunos jóvenes como Roberto Domínguez y veteranazos como Yubini Salamanca. ¿Qué tenían en común? La nula experiencia vistiendo la camisa de la Selecta mayor. Para peor, Jorge Rajo había anticipado que las posibilidades de ganar eran nulas “por la clase de jugadores que llevamos”.

8. CON CANADÁ SIN PÚBLICO. Como si no fuera suficiente desventaja prescindir de Darwin Cerén, Arturo Álvarez, Alex Larín, Milton Molina y otros jugadores con rodaje en la Selecta, el conflicto produjo otro daño inesperado. El público, cansado por la polémica que originó la huelga, le dio la espalda al equipo ante Canadá, el primer partido de local y en los papeles el más accesible de los seis. Fue 0-0. Dos puntos perdidos de local.

9. ENOJO CON BONILLA. Dos días antes de jugar contra Canadá, Maradiaga decide apartar de la concentración al delantero Nelson Bonilla por un problema disciplinario que nunca nadie se encargó de explicar oficialmente. Lo mandaron de vuelta a Azerbaiyán sin haber jugado ni un minuto. La idea era que no volviera más mientras siguiera Primi como técnico.

10. PERDÓN PARA TODOS. El conflicto originado por la huelga, que costó la no convocatoria de la mayoría de los legionarios y de los “rebeldes locales”, al final se salda con una amnistía general. La Fesfut, que había prometido fuertes sanciones para los sublevados e incluso pidió auxilio a la Interpol, acabó por perdonar a todo aquel que pidiera disculpas públicas.

11. EL CASO ARTURO ÁLVAREZ. El volante, ahora en Chicago Fire, estuvo sin equipo durante ocho meses. Sin embargo, si es que se le consideraba importante en la Selecta, nadie de la Fesfut se comunicó para ofrecerle que viniese a entrenarse aquí para no perder forma. Era más el gesto que otra cosa. De hecho, Maradiaga nunca habló con él. Pinto, en cambio, fue hasta Bélgica a convencer a Andy Najar que regresara a su selección. Al final, Arturo acabó renunciando y dijo que no volverá mientras siga este cuerpo técnico y estos federativos.

12. MICROCICLOS PARA NADA. Nadie podrá decir que Primitivo no trabaja: lo hizo en enero, febrero y marzo. Tuvo la colaboración de todos los clubes, que a pesar de algunas críticas cedieron a sus muchachos sin problemas. El tema es que a la hora de la verdad, el equipo que salió a jugar los partidos ante Honduras estaba integrado, en su mayoría, por aquellos que estaban en el exterior y no por los que él estuvo trabajando.

13. UN PORTERO SIN ACTIVIDAD. Maradiaga trabajó tres meses con Henry Hernández y Óscar Arroyo, incluso los utilizó en los juegos amistosos contra Panamá, Nicaragua y Guatemala, pero a la hora de la verdad se decantó por Derby Carrillo, de quien tenía pocas referencias ya que nunca lo tuvo a su cargo. Y, lo peor, es que venía de casi siete meses sin jugar un partido oficial. Quizás se dejó llevar por el video del gran partido que le hizo a Argentina, donde le paró un par de tiros espectaculares a Di María y Tevez, pero ante Honduras transmitió una inseguridad que fue incluso más allá la responsabilidad que tuvo en los goles.

14. EL DISCURSO DEL ENTRENADOR. Maradiaga llegó con el cartel de técnico ofensivo y verdugo de Honduras. A lo largo de la serie mostró que sus palabras y su forma de jugar van en direcciones opuestas. Siempre habló de ir a atacar, pero sus planteos siempre fueron cobardes: refugiarse en el fondo a aguantar un resultado y apelar al milagro en alguna ocasión aislada. La dosis de suerte se le agotó en el gol (golazo) de Bonilla en el 89? y a San Pedro Sula ya fue sin nada.

Demasiados despropósitos. Demasiadas incoherencias. El Salvador es el propio enemigo de El Salvador. Uno puede sobrevivir si se dispara un tiro en el pie… Pero 14 son demasiado. El desangramiento es inevitable.