Alfredo Relaño es toda una institución en el periodismo deportivo español. Director del prestigioso diario AS desde hace 20 años y autor de libros como “El fútbol contado con sencillez” o “Tantos Mundiales, tantas historias”, estuvo enEl Salvador para participar del foro de periodismo deportivo. Y se hizo tiempo para atender a EDHdeportes en su visita relámpago al país.
¿Cómo evalúa el foro con los periodistas deportivos deEl Salvador?
Me ha gustado mucho, me decía Tebas (presidente de la Liga) que preguntan mejor que en España. Y es verdad. He notado preguntas inteligentes y bien dirigidas y con ánimo de conocer lo que aquí no se pueda conocer. Me ha gustado el nivel de entusiasmo e interés por tener un buen periodismo deportivo. Y también se habló mucho de lo que pueda llegar a venir con internet, que nadie sabe lo que nos viene…
Es una pregunta muy amplia y que no tiene hoy una respuesta cerrada…
No, no la tiene. Estamos entrando en un mundo nuevo y cada uno viendo de las experiencias de los demás. Para el periodista es muy bueno, apasionante, sabes lo que la gente quiere consumir en cada momento, pero no se ha encontrado todavía la fórmula de hacerlo rentable. En cuanto alguien en el mundo de una solución, la copiaremos todos los demás. Esto es como el que invente algo para que no se caiga el pelo o para que vuelva a crecer. Enseguida se lo copiaría todo el mundo.
¿Dónde radica el éxito de los periódicos deportivos?
El periodismo deportivo es el que da las buenas noticias. Las buenas noticias son noticias. Los periódicos deportivos, de papel, destacan en la portada a gente victoriosa, ejemplar. Deportistas como Nadal, Gasol tienden a ensalzar a gente que pasa muchas horas de sacrificio trabajando para llegar a su meta. Detrás de eso está el mérito, la destreza personal, ejemplares para la infancia. Las portadas de los periódicos generales tienden que estar ocupadas por los fracasos de los hombres. Y para encontrar el éxito de los hombres hay que ir a las páginas deportivas.
¿Cuáles son las fortalezas de AS para ser un periódico deportivo de referencia en España y Latinoamérica?
Para mí la gran fortaleza de AS es la proximidad al fenómeno Madrid-Barcelona. Pretendo que la cabecera de AS sea identificada en torno a esa dualidad Madrid-Barça. En internet tener como materia de información una cuestión de interés global, que es nuestro caso, nos da una ventaja muy grande. Una segunda ventaja es el idioma: nosotros en España podemos tener 40 millones de clientes hispanoparlantes, pero en el total de Latinoamérica eso se multiplica casi por diez. Un buen periódico de información general en España como El País oEl Mundo, ¿qué te va a contar? Pues las tensiones para la formación del gobierno en España. Eso es para los pocos que les interese la política internacional en cada país, pero no es una materia de consumo universal. Nosotros trabajamos una cosa que se consume en todo el mundo que es el Madrid y el Barça.
¿Qué es lo más lindo y lo más difícil de dirigir un diario como el AS?
Lo más lindo es casi la satisfacción personal de ser director, de dirigir e inyectarle el espíritu a un medio. Lo que pretendo es el mensaje que quiero que llegue a la sociedad, sobre todo si es un mensaje deportivo. Un mensaje positivo. Estar a favor de un juego artístico, estar en contra de la trampa, en contra del dopaje, en contra de los malos directivos, de los estafadores y ese tipo de cosas. Ingrato no hay prácticamente nada.
¿Nada…?
Ahora lo que inquieta es el futuro industrial del asunto. Estoy asistiendo a un cambio de época en el que veo el crecimiento de internet, entonces estamos todos explorando un mundo nuevo, con curiosidad de pioneros; pero al mismo tiempo estamos viendo que el mundo antiguo va menguando a una cierta velocidad. Yo tiendo a ser optimista y espero de todo. El papel está llamado a ser una decadencia permanente, eso es inexorable, no hay solución para nadie. Y estamos viendo que la siguiente generación encuentre ser rentable, que todavía no lo vemos.
¿Tuvo cercanía con el Cádiz y el Mágico González cuando jugaba allí?
Fue un jugador precioso de ver. Yo lo iba a ver porque tuve la suerte de vivir en Sevilla esos años, en Andalucía, a 100 kilómetros de Cádiz y siempre que jugaban de local intentaba ir a verlo. En esa época no estaba en el periodismo deportivo y no tenía obligación de ir a ver ningún equipo. En España los viejos aficionados taurinos cuando eran hinchas de un torero tenían la costumbre de seguirlo por toda España. Si hubiera sido un millonario caprichoso, lo hubiera seguido por todos lados para verlo en cada partido las cosas que hacía.
¿En calidad se lo puede comparar con alguien?
En calidad intrínseca, tenía el nivel de Cruyff o de Maradona. No se aplicó con la profesionalidad debida, pero no parecía importarle. Jugaba en la primera división de España como jugaría en su pueblo con sus amigos, con ese mismo gusto por divertirse. Era célebre su capacidad para dormirse, siempre. Yo creo que trasnochaba mucho y siempre estaba con sueño. Se dormía continuamente, en el autobús, en el avión. Una vez se durmió en el descanso de un partido, mientras hablaba el entrenador, lo que había salido bien o mal. Él se tumbó en la mesa de masajes y se quedó dormido. Imaginate que ningún futbolista de hoy lo podría hacer. Lo que es la tensión del momento, el dolor. Pero se ve que actuaba tan relajado y con tanto sueño que en ese momento se durmió.
¿Hay algún “Mágico” en el fútbol de hoy?
Muy parecido no hay ninguno. Era tan personal, hombre. Ahora tenemos mágicos en el Barcelona, desde luego, Messi y Neymar, hay algo de magia en Benzema también, que hay veces que me gusta mucho y hay veces que me desespera. Pero la gracia de ese personaje que fue el Mágico fue muy singular.