Chalate vuelve a respirar

Chalate consiguió regresar al triunfo en su casa, lo que le alcanza para llegar a 20 puntos. Juventud no pudo aguantar el empate y cedió en la segunda parte, aún tramos de buen fútbol.

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Johny Ríos, de Juventud Independiente, salta para cabecear el balón ante la marca de Chalatenango.

/ Foto Por Lissette Monterrosa

Por Varinia Escalante | Twitter: @VSkalanT

2016-04-03 6:26:00

CHALATENANGO. Una vez más, Chalate estuvo cerca de olvidarse cómo ganar. Sin embargo, con el empuje de su gente, consiguió lo que Juventud no esperaba, a casi diez minutos del final. Un triunfo que selló Christian Bautista de 2-1, frente a unos manudos que no pudieron resolverlo y, por lo menos, arrancar un punto a domicilio.

El resultado mantiene a ambos equipos en la pelea de buscar la clasificación, a los de Usulután los deja con los mismos 28 puntos, peleando en los puestos altos; y los norteños llegaron a 20. 

Los chalatecos salieron así obligados a buscar el partido, ya que en casa –en sus últimos enfrentamientos– solo rescataron empates. La hinchada necesitaba ese oxígeno que estaba exigiendo, pero el cuadro usuluteco se perfilaba como un rival “duro”.

En seis minutos, intentó llegar Juventud, pero con pelotazos largos buscando a Williams Reyes, que solo rotaba en el frente sin peligro cierto. Mientras Chalate, más tímido, pero no por eso sin intencionalidad, sabía esperar pero solo generó salidas por los carriles, mientras Bladimir Díaz no lograba cazar ninguna pelota.

Sin embargo, despertarían el colombiano y la afición, cuando casi saboreaban el gol. A los 12’.

Bladimír recibió una pelota, desde la banda derecha, y con disparo colocado a ras de piso, sacándose una marca, remató y su disparo pasó pega a la base del poste izquierdo de Felipe Amaya.

Pero los chalatecos tuvieron que sufrir una modificación obligada, luego de que por lesión Ismael Valladares no pudiese continuar y tuvo que ser sustituido por Kevin Carabantes (19’). En ese momento, los pamperos gozaron de dos tiros de esquina, uno que complicó a la defensa norteña al no poder rechazarla, pero que al final no tuvo provecho para la Juve.

Chalate parecía un tanto desordenado y había perdido la línea media, con lo que la entrega de balones se perdía fácilmente y los manudos aprovechaban para acceder rápido al área chica. Estaba tratando de ser superior Juventud, con más volumen de juego, pero sin la exigencia que lo llevara a romper el cerrojo del partido.

Sin embargo, los dirigidos por Serrano trataron de mantener el ritmo igualado a la visita, lo que les permitió aprovechar un contragolpe para irse en ventaja. Ronald Pérez, por derecha, metió un centro al área, Carlos Ayala trató de rescatar el balón, y ante los errores defensivos pamperos, al no alejar el peligro, la encontró Díaz de frente y definió el 1-0 (39’).

Pero Juventud reaccionó rápido, y tras un centro desde la derecha que prolongó Jhonny Ríos, la definió Reyes (45’+3’), para irse al descanso en paridad.

Alcanzó para más

Con la igualada, el complemento apostaba a un error de cualquiera para poder sacar todos los puntos. El ritmo de juego se mantuvo abierto, con incursiones por ambos cuadros, además de las modificaciones en los frentes para encontrar la definición.

Por momentos, hubo más juego de mediocampo, sin riesgos y con algunos pelotazos a puerta, fruto de las individualidades, como la de César Flores (68’), que probó a puerta y pegó en la parte externa de la portería de Carabantes.

Los usulutecos mantuvieron su propuesta, ante un Chalate que respondía por intervalos, pero con una media floja que no apuraba el paso y parecía que no encontraría ese tanto por el que lució desesperado.

Pero le tomó tiempo al cuadro norteño para la reacción y darle vuelta de nuevo al marcador y tomar el empuje que necesitaba. Para eso, llegó Bautista para encontrar ese tanto que diera la victoria. A los 79’, “Pibe” Bautista recibió un centro desde la derecha y de cabeza, frente a marco, colocó el 2-1. Esto dejó un cierre de dientes apretados, pero que a la postre supo resguardar Chalate, para respirar de nuevo con el sabor de los tres puntos.