EE. UU. LLegó el adiós. Este miércoles se despide de su gran amor Kobe Bryant. El “heredero” del nombre de estrella de Michael Jordan, por cantidad de títulos, por lo hecho en la cancha, jugará su último partido oficial en la NBA ante los Jazz de Utah.
Desde hace tiempo que los boloetos se agotaron para su último adiós, pero hay fanáticos que, en el mercado oficial, están pagando hasta 25 mil 700 dólares para asistir al retiro.
Los Lakers han tenido una de sus peores temporadas en su historia, eliminados desde hace ratos de los playoffs y sin un futuro claro. Pero eso es lo de menos, ver a su ídolo por última vez lo vale todo, y es por ello que los boletos se han disparado hasta pagar cifras astronómicas para ver en vivo los últimos tiros al aro del cinco veces campeón de la NBA.
Las entradas más baratas, es decir, las del fondo del Staples Center, se pagan a eso de 790 dólares, ya de por sí una cifra exagerada. Pero las más caras, las que dan acceso a esos asientos a donde se puede extender la mano a Kobe, o, con suerte, la estrella tropiece y le caiga encima a uno, esos ya valen más de 25 mil dólares, según publicó el portal Stubhub, que se dedica a publicitar la reventa oficial de las localidades que los socios ponen a la venta. Es decir que en el mercado negro podrían ser superiores las cifras, aunque no hay nada reportado hasta el momento.
Mercadeo
Además de los precios de locura en los boletos, los Lakers también obtendrán un gran rédito en productos oficiales, como por ejemplo, de la venta de una edición limitada de gorras de cuero y oro de 18 quilates, con el número 24, que están nada menos que a un precio de “me lo llevo”: 38 mil dólares.
Es que es una locura, y una máquina de hacer dinero. Pocos hablan de lo deportivo, que los Lakers tuvieron la segunda peor marca de la temporada, que Utah necesita ganarle al equipo angelino y rezar porque Houston pierda en Sacramento, algo muy poco probable sobre el último boleto que está en juego para los playoffs.
Este miércoles, marcará el fin de una era, una era ya venida a menos en la que Kobe ya no figuraba, apartado por gran parte de los partidos por lesiones, lejos de su mejor versión y de las glorias de antaño. Pero es su estrella, la última que ha brillado en los míticos Lakers.