¿Qué pasó con Roger Barberena?

Segunda base de la Selección Nacional que participó en el Mundial de 1972, mánager y hasta dirigente de la Fesfut

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Foto Por edhdep

Por Wilfredo Hernández | Twitter: @Wilhernandez68

2016-04-17 8:37:00

Roger Barberena Garay nació en Granada, Nicaragua, pero desde los 24 años decidió hacerse salvadoreño. Vino a jugar béisbol con el Hispanoamérica, deambuló por todos los equipos nacionales y hasta le alcanzó para trabajar, desde 1970, con el fútbol infantil de Santa Ana, la ciudad que adoptó como suya a los dos meses de haber arribado aEl Salvador.

El segunda base nicaragüense arribó al país en 1966 por intermedio de los empresarios Charur, aquellos mecenas del deporte nacional, pero el campeonato estaba por terminar y solo jugó dos meses. Decidido a marcharse a su natal Granada, recibió el ofrecimiento del coronel Marco Tulio Payés, en aquel entonces comandante de la Segunda Brigada de Santa Ana, adonde se trasladó con todo y grado militar.

“Estaba decidido a regresarme cuando el coronel Payés me llevó a Santa Ana, como él era el presidente del equipo. Allá vivía en el cuartel, en un pabellón solo para mí, yo era como un oficial (del ejército)”, rememora.

Optó por quedarse en la Ciudad Morena y formó parte del poderoso equipo Santa Ana que ganó varios títulos y además organizó torneos locales, con ayuda de patrocinadores como La Centroamericana, Hispanoamérica, etc.  

En el béisbol formó parte de equipos que dejaron huella como Acero, Lifebuoy, Sacos Cuscatlán, Hispanoamérica, TACA, entre otros, donde jugaba la segunda base y en ocasiones, muchas, como receptor.

Con la selección jugó en Centroamericanos, Centroamericanos y el Caribe, Panamericanos y en el Mundial de Nicaragua de 1972, fue el único que ha participado en dichos eventos como seleccionado de béisbol. En Nicaragua bateó 16 imparables y jugó cinco posiciones, según aparece en las crónicas de esos días, que conserva como un tesoro.

En 1998 se retiró como jugador activo y se hizo cargo de selecciones y equipos de béisbol y sóftbol. A nivel de equipos se forró de muchos títulos. En selecciones, hizo lo mismo.

Con el equipo femenino nacional ganó oro en los III y V Juegos Centroamericanos en Guatemala y en El Salvador, respectivamente, clasificó a los Panamericanos de Indianápolis y de Ponce, en la mayoría de ellos sin recibir apoyo de la federación de sóftbol y aportando de su bolsillo para las seleccionadas.

Su deambular por el béisbol lo llevó a trabajar como scout de equipos de Grandes Ligas como los Medias Blancas de Chicago, los Expos de Montreal, los Bravos de Atlanta, durante 12 años.

El fútbol

Cuatro años después de llegar a El Salvador, Barberena se involucró con el fútbol allá en Chalchuapa, donde trabajaba como profesor de Educación Física.

Llegó a ser presidente de la Subfederación Infanto-Juvenil de Santa Ana, que llegó a conformarse con 139 equipos, algunos de ellos participaron, durante su gestión, en varias copas internacionales.

Como presidente de Colijes (lo que hoy son las ADFA), muchos dijeron que había llevado a Rodrigo Calvo a la presidencia de la Fesfut, él lo acepta a medias, y dice que lo hizo por presiones políticas. Lo que sí acepta es que conformó la junta directiva de la Fesfut que presidió el ingeniero Humberto Torres.

El fútbol es su pasión, dice. Por eso se metió hasta el fondo, organizó el exitoso torneo invitacional Sub-17, en 1998, presidió al Once Lobos y al Metapán. Formó parte del Cesen y fue vicepresidente de la Fesfut.

Del caso Zimbabue dice que fue toda una equivocación, que él lo gestionó, acepta, pero que no viajó ni recibió nada por ello. “Hasta me cambiaron el nombre”, recuerda y aclara que ese era el nombre de su padrastro. “Todo por los anticuerpos porque yo pude haber sido presidente de la Fesfut”. Así es Roger Barberena, un hombre apasionado por el fútbol y el béisbol.

¿Qué hace?

Desde su retiro del béisbol y el sóftbol, Roger Barberena optó por hacerse dirigente del fútbol nacional. Acepta que creó anticuerpos dentro del ente federativo por su nacionalidad y por ser beisbolista. “Decían que cómo un nicaragüense y beisbolista iba a dirigir al fútbol. Joao Havelange nunca supo lo que era jugar fútbol, y dirigió la FIFA”, dice.

Con muchas “acusaciones” en su contra, se dedicó a trabajar con las estructuras juveniles y hasta sacó un título como entrenador. Uno de sus mayores logros, dice, fue haber organizado el torneo invitacional Sub-17 que llevó a más de 30 mil personas al Mágico González, aun y con un castigo pendiente de la FIFA, que luego fue levantado por el éxito del evento.

Volvió Barberena al béisbol recientemente para dirigir, junto con su compatriota Arnoldo Poveda, al actual campeón de la Liga Nacional de Béisbol, Didelco, que se coronó tras vencer al Santa Tecla. También participa en el Torneo Amigos del Béisbol, jugado por veteranos, y en torneos de béisbol y fútbol en Santa Ana, adonde se quedó a vivir y donde, tras su jubilación, pasa sus días con su familia. Eventualmente viaja a Nicaragua con algunos amigos en plan de guía turístico, dice.