Hace apenas siete años que se inició en el tiro olímpico. Desde entonces, Lilian Castro no ha soltado la pistola de aire, modalidad en la que se entrena actualmente y con la que ha logrado ya varias alegrías. Una de las más importantes ha sido la clasificación a unos Juegos Olímpicos, los de Río de Janeiro 2016.
Lilian Castro defenderá los colores patrios en dicha disciplina a partir de agosto próximo, cuando viaje a Río de Janeiro, Brasil, para competir ante las mejores del planeta y buscar un lugar en el olimpo deportivo.
Cada día de entreno lo inicia a las 5:00 de la mañana, hora en que Lilian se levanta, se alista y desde Santa Ana parte hacia el polígono de 10 metros de la Federación Salvadoreña de Tiro (Fesatiro), ubicada en el estadio “Mágico” González, de la ciudad capital. Ahí, sus entrenos son de 9:00 de la mañana a 4:30 de la tarde.
“No es fácil llegar a unos juegos olímpicos son una competencia bastante fuerte y grande, la crema y nata de todos los deportes. Y tampoco es fácil llegar ahí ganándose el derecho”, expresa Lilian. “Habrá más de 30 competidores en mi categoría, pero uno compite contra uno mismo: si uno está nervioso ansioso, uno solo se está matando”, agregó.
La gran alegría
Del momento de su clasificación a Río 2016, Lilian recuerda una sola cosa: concentración hasta el final. En el Campeonato de las Américas de Tiro (CAT) de Guadalajara 2014, se metió sexta entre las ocho finalistas y aseguró el boleto a Toronto 2015.
Pero en la final, sucedió algo inesperado. Superó una por una a sus contrincantes hasta que, al final, derrotó a la mexicana Alejandra Zavala con puntaje de 196.3 a 195.1 en el último de los 20 disparos lanzados.
“Buscábamos clasificar a Toronto 2015. Si ella estaba entre las ocho, asegurábamos la clasificación y entró en sexto lugar, así que lo que venía era ganancia”, recuerda Ninfa, haciendo énfasis en la emoción de ese instante. “De repente solo quedaban cuatro, de ahí tres, y por último dos. Cuando Lilian tira el último disparo y saca 9.5, nos quedamos esperando el tiro de la mexicana. En eso saca 9.3 y las pantallas se iluminaron dando a Lilian como ganadora”.
“A mí me cayó el veinte cuando escuché a mi entrenadora gritar: ‘¡Ganaste la plaza olímpica!’ Ahí fue cuando me entró el shock y dije ‘qué pasa’”, cuenta Lilian, quien siempre mantuvo en mente la diana antes que el objetivo. “Al menos yo no me enfoco en una medalla, sino en un buen disparo porque sé que eso me dará un buen resultado”.
“Lo que pasaba con Lilian es que solo era cuestión de tiempo, pues desde que inició la prueba demostró que tenía talento porque se empezó a despegar de su grupo. Solo necesitaba competencia de nivel alto y de talla mundial”, sostiene Ninfa Chávez, quien entrena a Lilian.
Por ahora además de esta seleccionada nacional, Enrique Arathoon, de vela, ha firmado su boleto para estar en la gran cita olímpica de Río 2016.