Dos directivas, dos técnicos, entrenos de pretemporada con uno y a última hora dirige el otro, Ricardo Serrano. Así era difícil que cualquier equipo sacara un resultado positivo, y Chalate tuvo que jugar contra sí mismo.
Enfrente tuvo a un Isidro Metapán que llegó aceitado, como si no viniera de pretemporada, jugando de memoria, como acostumbra, y ante
unos “Duros del Norte” que lo menos que mostraron era solidez.
No por un tema defensivo, la última línea era con los mismos centrales de siempre, Messías y Solís, más dos laterales frecuentes en los
esquemas de Serrano, Ascencio y Hércules. El problema, si se trata de echar la culpa por sectores, era en el medio campo, o quizás ese era
el lío más evidente. Es que Alvarenga, Barrios y García no se entendían, perdían balones fácilmente, y este último se notaba demasiado lento, fuera del ritmo del resto.
Al equipo local le falta conjunción, o quizás volver a la idea del técnico que los mantuvo invicto por nueve fechas como local. Este sábado, la racha terminaba (en 12 con los tres empates que lograra Sarulyte), y se ponía mal la cosa, fea, porque la afición mostró su descontento.
Nomás necesitó Metapán desbordar por los costados, su misma fórmula de siempre, con Cerén y con Pereza, para llevar peligro. A Peña se le viobien, y complicó, pero el gol que comenzó a marcar diferencias llegó de la viveza del goleador Rugamas. Tiro libre de Clavel sobre el 30
que se desvía en la barrera. La pelota queda muerta y la busca David para comenzar su nueva historia de amor con la pelota, que el torneo
pasado coronó con el título de campeón goleador.
Tuvo varias más Metapán, pero les faltó tiza a Rugamas, a Peña y Cerén, y tuvo pocas Chalate para inquietar. Un cabezazo de Ayala,
apenas, en el primer tiempo, y desviado.
Pero en el segundo tiempo, se relajó mucho el Metapán. No es que no siguiera su esquema de juego, seguía teniendo la bola, llegaba por las
bandas, pero dejó vacíos en el medio y atrás. En uno de esos, tuvieron que frenar una jugada con falta, lo que le valió la amarilla a López.
De larga distancia, Nelson Barrios sacó un misil que hizo despertar al público local cuando la bola besó la red. Incluso, en ese momento de desconcierto jaguar, pudo darle vuelta el equipo local, cuando una pifia de Barrios le dejó servido un mano amano al recién ingresado Vaquero, pero se comió el gol.
Poco después, el Jaguar volvió a lo suyo, y llevó peligro con Michael López, refuerzo de esta campaña. Le tapó un cabezazo el arquero al
63’, y poco después perdió en un mano a mano también ante Valladares. El partido era de nuevo de los Jaguares, pero el tiempo corrió sin que
lograra abrir de nuevo a Chalate, que salvó el invicto en casa.