“Todo se puede”

El salvadoreño que logró oro en el Mundial de Powerlifting nos contó su primera experiencia de esta magnitud y lo que se viene para él

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El campeón salvadoreño Herbert Aceituno posa con los chilenos Sebastián Castro (plata) y Amaro Fica (bronce), tras ganar la prueba de hasta 72 kilos en el Mundial de Powerlifting, en Río de Janeiro. 

/ Foto Por Cortesía de Jorge López

Por César Najarro

2016-01-25 11:37:00

SAN SALVADOR. Apenas tres años y medio han pasado desde que decidió ir a un gimnasio, y tres desde que comenzó con la práctica del Powerlifting. Pero su disciplina, trabajo y el apoyo de su entrenador y Comité Paralímpico, más el de su familia, fueron factores para que lograra poner en alto el nombre del país. 

Herbert Aceituno consiguió un campeonato del Mundo, logró medalla de oro al levantar 145 kilos en su tercer intento en la categoría de los 72 kilogramos, durante su participación en la Copa del Mundo de Río de Janeiro, en apenas su primer evento de este calibre internacional.

La marca para sellar el boleto a los Paralímpicos de Río de Janeiro era de 142 kilos, superada en tres por Aceituno y, aunque si por números se tratara ya cumplió con ese requisito, técnicamente aún le falta un paso. Es que como no aparecía en el ránking internacional, debe al menos asistir a otro evento de esta naturaleza para certificar su boleto, y para convertirse con todas las letras en “EL PRIMER SALVADORE??O EN CLASIFICAR DIRECTAMENTE A UNOS JUEGOS PARALÍMPICOS”, sí, así, en mayúsculas.

Ya de regreso en el país, Herbert contó que “la verdad estuvo bonita la competición, fue una experiencia grande que uno tiene, gracias a la confianza del Comité Paralímpico de asistir al evento”, mencionó el salvadoreño, en cuya división se enfrentó con otros cinco atletas. 

Sobre la prueba, comentó que “la verdad siempre estuve concentrado, acuérdese que eso siempre es fundamental para obtener un buen logro. Íbamos mentalizados a sacar nuestra marca de clasificar”. Pero no fue fácil, pese a que Herbert levanta mucho más peso que el requerido para asistir a Río. Y es que la técnica es fundamental, y por eso fue clave que el Comité lo enviara a él y a su entrenador, Jorge López, con tiempo y para que pudieran estar en las charlas técnicas previas sobre los criterios de evaluación. 

Herbert fue el antepenúltimo en empezar con los levantamientos, pero todo depende de la técnica para que avalen el intento los jueces. 

Cuenta López que “la estrategia era que levantara poco  peso en su primer intento, para que los jueces lo vieran, y después fuera subiendo”. Así que Herbert salió a por los 135 kilos, algo en lo que estaban seguros que conseguiría y así verían su técnica y ganaría confianza en su primer evento de esta naturaleza. Obvio, nervios de por medio, según cuenta el mismo Herbert. Pero no se la avalaron. 

Una vez con el primer intento fallido, López le envió a que levantara 145 kilos; cambió por completo la estrategia y pusieron mucho en juego. Tampoco se la avalaron. Pero no perdieron la confianza. Para el tercer y último intento, debían conseguirlo. No perdieron la fe y esta vez sorprendieron a propios y extraños pues Herbert consiguió el oro. 

“En mi último intento, con mi entrenador, nos chocamos la mano para decir sí se puede y confianza en Dios, yo le pedí a Dios que me diera la oportunidad de poder salir adelante. Nervios, todo atleta los tiene, es una prueba muy bonita, pero ya estando en el banco, ya todo se dio, me dio la confianza mi entrenador, la palmada de que todo va a salir bien, y lo conseguimos”, narró Aceituno.

“La marca de Herbert es mucho mayor, pero son estrategias que se utilizan para poder leer la competencia y saber con cuánto se puede clasificar, nosotros estábamos buscando la marca, tratar de asegurar”, dijo López.
Mientras que Herbert cuenta que “fui felicitado por todos mis compañeros. La verdad esto es gracias a Dios, uno propone y Dios dispone”, dijo. Y también valoró “la química que tenemos con mi entrenador. Para mí, eso es fundamental, cómo es él conmigo, el apoyo que me da, uno asume como atleta los consejos, y la verdad que con Jorge tenemos eso, buena química, disciplina los dos, siempre concentrados. Para mí es un orgullo tener como entrenador a Jorge”, dijo Aceituno.
Una vez llegó a San Salvador, fue abrazado por su famila. “Ellos me han apoyado en las buenas y en las malas, no solo en las buenas hay que sonreírle a la vida. Como dice mi padre, lo primordial es Dios”. 

Lo que se viene
Esta semana, López ha diseñado un “descanso activo”, en el que trabajarán en banda, piscina, y ya desde el viernes, comenzarán poco a poco de nuevo con la técnica. Pero todo dependerá de si, en efecto, participa en otro evento mundial para certificar su boleto a Río, una vez tenga más puntos en el ránking mundial del Comité Paralímpico Internacional (IPC, por sus siglas en inglés). 

“Hay una Copa del Mundo en Dubai, la tercera semana de febrero, y la otra es en Kuala Lumpur, la última semana. Todo depende de si se va a alguna de las dos, porque hay poco tiempo”, dijo López. 

“Vamos a seguir trabajando con disciplina, con mi entrenador, con plena confianza y el apoyo del Comité Paralímpico que nos ha dado Jorge Ochoa, y esperamos poder estar en una nueva competencia y tratar de obtener buenos resultados, como gracias a Dios se logró en Río, traer otra medalla de oro. Y como se requieren dos participaciones como mínimo en eventos de la IPC para tener ránking mundial, ahí se podría conseguir el boleto a los Paralímpicos”, dijo Herbert.

“Siempre estoy optimista, positivo, y si tengo la posibilidad de ir a confirmarlo a Dubai o Kuala Lumpur, lo vamos a intentar. Lo importante es sumar puntos ahí, por participación y el peso levantado. Pero siempre tenemos la mente en seguir entrenando, si Dios lo permite”, menciona el atleta, quien dejó este mensaje para los salvadoreños: “No se desanimen,  siempre hay altos y bajos en la carrera deportiva, siempre hay que sonreírle;, siempre hay que atribuirle las buenas cosas que a uno le pasan a Dios. En lo deporte lo bonito es hacer amistades, y no se desanimen por malas noticias. Que le echen ganas y todo se puede”.