Vientos de cambio en el tenis

Este jueves será la Asamblea General en la que se votará por la nueva junta directiva del tenis. Rafael Arévalo va de candidato a la presidencia

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Rafael Arévalo en un entreno. Anunció que no va a Veracruz. Foto EDH

Por César Najarro | Twitter: @cjnajarro

2016-01-27 10:06:00

Todo apunta a que Rafael Arévalo será el nuevo presidente de la federación salvadoreña de tenis, ya que, al menos públicamente, es el único que ha alzado la voz y ha dicho que va por la silla alta del deporte blanco.

Esto después de uno de los reveses más fuertes que ha sufrido el tenis, tras la salida de Enrique Molins y la instauración de una nueva junta directiva que intentó hacerle frente a deudas y situaciones internas de la federación. En el trayecto, algunos tiraron la toalla, pero Arévalo siguió. 

En medio hubo despidos y una serie de medidas para reducir los costos, y para establecer un nuevo orden, con el fin también de crear una nueva federación, mucho más descentralizada e inclusiva, con mayor cuota de poder de los clubes y con la visión de no ser un deporte que, salvo excepciones, era y es practicado en su mayoría por gente de altos recursos, es decir, la minoría del país.

Dentro de la reestructuración, Arévalo ha funcionado como vicepresidente, y ha formado parte de la directiva que quedó a cargo tras una serie de renuncias. Ahora, el presupuesto de la planilla mensual de la federación ha pasado de 28 mil mensuales a alrededor de 12 mil. Mientras que el objetivo es invertir el 70 por ciento del dinero que le da el Estado realmente en desarrollo deportivo.

“Creo que lo que el ciudadano quiere es que se invierta el dinero en los atletas. Pero en esa reestructuración, hubo que despedir gente, y había personas con hasta 18 años. Se han ido 60 mil dólares solo en indemnizaciones de ocho personas, y eso nos llevó a un costo cercano el año pasado de 100 mil”, explica Arévalo, quien insiste en que “eso no significa que la federación no esté en una crisis de la que nunca va a salir. Es momentáneo”, insistió.

Paralelamente, al menos tres empleados establecieron demandas, primero por la vía administrativa, a la que ni se presentó ningún representante de la federación, y luego por la judicial. “No les gustó que las notas salieran en los medios”, dijo Mario Flores, exempleado y encargado de comunicaciones de la Federación.

Estas tres personas tomaron esa medida porque “nos despidió el gerente general, no nos dio ni un papel. Por eso demandamos”, dijo.

Sin embargo, Arévalo les llamó y les ha dado su palabra que, de quedar como presidente, la federación responderá con los pagos debidos a dos de los tres empleados que entablaron la demanda. El otro es Robero “Chino” Salazar, capitán de Copa Davis por más de 15 años y con quien Arévalo se reunió recientemente. Después de una serie de pláticas e intercambio de ideas, Salazar fue recontratado, y aseguró que quitará la demanda en estos días.

Otros cambios

Arévalo se ha estado reuniendo con Jorge Quezada, presidente del Instituto Nacional de los Deportes, quien confirmó el apoyo hacia el tenista y ahora dirigente. 

“Nosotros hemos llegado a querer cambiar la situación. La primera decisión de la junta directiva (la que sustituyó a Enrique Molins y compañía) era la renovación; veníamos con un equipo técnico y administrativo que tenía hasta 30 años de estar. En 30 años, han cambiado mucho las cosas a nivel deportivo y de situación de país, y consideramos que había que hacer una reestructuración que nos llevara a modernizarnos en todos los aspectos. Para ello, tocaba sacrificar 60, 80 mil dólares, pero eso permitirá el cambio. Todos sabemos que las cosas no pueden ir para mejor haciéndolas de la misma forma durante 30 años lo mismo”, dijo.

Toda esta reestructuración –reconoce Arévalo- los llevó a estar en números rojos, y a la crisis que derivó en la salida de algunos directivos.

“Éramos conscientes de eso”, reconoce, a la vez que dice que siempre (refiriéndose a la pasada administración en general) a final de año la federación quedaba con algunas deudas que en enero, ya con la entrada del dinero de Indes, lograban saldar.

Ahora, la idea de Arévalo y su equipo es utilizar de una forma más organizada y descentralizada los más de 10 clubes que hay en el país con instalaciones adecuadas para el tenis, llevando torneos a estos lugares, estableciendo una relación más directa y engrandeciendo el número de tenistas. 

“Hay que mejorar la relación entre lo público y lo privado; la federación va a apoyar mucho el desarrollo de torneos federados alrededor de los clubes del país para que el gremio no juegue en un solo lugar, para que de los 50 torneos federados de 2016, cada club pueda tomar al menos 5. Por ahora, ya hay pláticas y relaciones cercanas con los clubes Maya, El Encanto, el CDI, el Tecleño y el Tuscania. “Y todavía estamos esperando otras solicitudes”, afirma Arévalo.

“Las federaciones se rigen por las reglas de fundaciones y asociaciones sin fines de lucro, el objetivo nunca es recaudar fondos lucrativos, sino que siempre lo recaudado debe ir para el desarrollo deportivo”, dice.

Ahora, si en efecto Arévalo queda de presidente, deberá hacerle frente también a una serie de deudas e impagos de la institución hacia el Indes, tema del que se ampliará más adelante. 

En todo caso, si Arévalo llega tiene asegurado al menos el apoyo de Quezada. “Con la llegada de esta nueva federación se generaron muchas expectativas, y estoy convencido que esas expectativas se siguen manteniendo”, asegura. 

“Hemos hablado (con Arévalo), que el deporte del tenis no puede estar centrado solo en el polideportivo, que hay que ver cómo involucramos a los clubes. Entonces, todo eso Rafa lo conoce muy bien porque ha sido atleta. Ese giro que va a dar la federación creo que permitirá fortalecerse con más actores”, mencionó.