USULUTÁN. No lo pueden detener. Sin duda, sigue siendo revelación en el torneo. Anoche, Juventud Independiente firmó su tercera victoria consecutiva, su cuarto partido invicto, sus 10 puntos y se sumó al liderato. No puedo pedir más, porque por ahora lo tiene todo.
Los manudos, sin embargo, se deleitaron más en esta victoria porque el rival de turno, Chalatenango, también ha sido sorpresa del Clausura, y era un choque de iguales, al que los de Usulután le pusieron cara de sonrisa con su baile de 4-1.
Hubo bastante físico en los primeros momentos. Chalatenango llegó a hacerle frente a los manudos, y gozó rápido de un tiro libre y uno de esquina. Los toros permitieron paso accesible a los norteños, quienes no perdieron centímetro alguno para salir a apretar, poniendo un llamado de atención a las marcas pamperas.
Eso no tardó en revelar que el equipo usuluteco fallaba en algo, porque a los 11 minutos ya Chalatenango se colocaba arriba (0-1). Bladimir
Díaz recibió un balón, se perfiló en el área y con el espacio abierto, en la más clara, fue efectivo al marcar de pierna derecha al costado derecho de Fidel Mondragón.
Todo apunta que #Juventud seguirá invicto, faltan aproximadamente 10 min. para el final.
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Sin embargo, esto despertó al “toro” que lleva por dentro Juventud y, en un juego sin pausas, apurado, provocó el despertar a una mejor salida oriental. Esto hizo que a los chalatecos no les durara más que un minuto la felicidad. Pero lo ayudó a comenzar la remontada y la fiesta. A los 12’, un balón que se metió desde la derecha lo encontró, al tratar de despejarla, Miguel Solís, y el zaguero norteño prolongó de cabeza en su propia meta el empate, al palo contrario de su compañero Ismael Valladares.
La pantalla de un Juventud apagado desapareció y lo alentó la actuación, el trato de balón, el toque y la confianza en él mismo que tuvo Marvin Hernández, en el medio. Un Hernández Ramos desgastado, moviéndose en todo su campo cómodo y ganando balones puso su individualidad.
Encontró un balón rechazado en el área, al que no llegó Bryan Pérez, y de media distancia, mandó de derecha al fondo de la cabaña de Valladares (2-1).
Eran 20 minutos y Juventud se divertía, disfrutando, tocando, frente a un Chalatenango que perdió su guía y la brújula, desorientado ante el dominio de los locales, que necesitaba con urgencia ordenarse y volver a sentar cabeza para jugar como en el arranque. Carlos Ayala, al frente, naufragaba, por lo que bajó para “remendar” con el equipo, y Bladimir bajó nivel al no recibir más balones.
José Barahona volvió a despertar la tensión local, cuando sirvió un balón a Williams Reyes (25’), que no alcanzó a conectar y se fue de largo. Y sería cuatro minutos después (29’) en que Marvin anotaría su doblete, al cobrar un tiro libre, con potencia y colocado, para el tercero pampero.
¡FINAL!#Juventud 4-1 #Chalatenango #LMF #Clausura2016
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Esto necesitó que Chalatenango reajustara su idea, para perseguir un empate incierto. Al complemento, el equipo intentó de ser aguerrido, pero tuvo que seguirse resistiendo al acoso con el que salió la Juve. Su intensidad y peligrosidad volvieron a ser efectivas, para que llegara el cuarto: centro de César Flores y de cabeza Isaac Zelaya puso el 4-1 (51’).
La goleada de un equipo que apuntó más al invicto y al liderato despertó el “ole” intenso entre la afición. Más distendidos, los dirigidos por Misael Alfaro se dedicaron a disfrutar lo que estaban haciendo y lo que apuntó a una noche redonda.
Cerraron así dominando, con el aplauso de su afición, con mucha profundidad buscando otro, y otro, y otro, pero cuatro fueron suficientes para quedarse con una victoria cómoda y viendo a todos, junto a Águila, desde lo más alto. Ahí donde querían estar.