Los duelos entre Águila y Alianza siempre tendrán un toque especial, sin importar la condición en la que se encuentren en la tabla de posiciones. Dos de los equipos grandes del país, que siempre halaran multitudes y anoche no fue la excepción.
Muchos quizá tendrán la imagen del estadio Juan Francisco Barraza lleno, así como en la semifinal del Apertura 2015, donde a este escenario tuvieron que agregarse algunas gradas metálicas. Ayer no fue necesario improvisar de esa forma, pero igual, el número de personas fue grande.
Pues el morbo que se tienen estas aficiones, comienza desde días antes al partido, los cuales comenzaron en redes sociales. Minutos antes, se vive en los alrededores del estadio y durante el partido, como los cánticos en las gradas.
Ambiente en el estadio Barraza. @losprovocadores pic.twitter.com/xZnc7eQFDo
— Franklin Ponce (@FP11EDH) febrero 7, 2016
Desde temprano, los aficionados locales, con la motivación de estar en el liderato, soñaban con seguir en esa posición y con la satisfacción de derrotar a uno de sus “archirrivales”. Hasta un cartel con el rostro de “La niña Lilián”, la señora que se hizo famosa por su mensaje a ANDA, ilustraron uno igual para dedicárselo a los albos, el cual colocaron en el sector popular.
Mientras que, los aliancistas, con la idea de quitar el invicto en casa de los migueleños, tenían la esperanza de que su equipo comenzará la reacción.
La Ultra Blanca también hace su arribo al estadio migueleño. @losprovocadores pic.twitter.com/Eo8o0zEGyn
— Franklin Ponce (@FP11EDH) febrero 7, 2016
Como siempre, por algunos momentos, los ánimos se caldearon, con algunos dimes y diretes, también empujones entre algunos aficionados contrarios, pero que no pasaron a mayores. En algunos casos, por la intervención policial y en otras, por la conciencia que estas personas tomaron para solo quedarse disfrutando del espectáculo.
Pero fue más de admirar, aquellos grupos donde se mezclaron ambas camisas, compartieron palabras y hasta alguna bebida que refrescara los argumentos, para seguir conversando de esto que tanto los apasiona, como para reír, sufrir o, porque no decirlo, hasta llorar. Pues esa es la ley del fútbol.