Clásico tibio en las gradas

Los fastanecos celebraron su cumpleaños 69 por adelantado. Ni con tigrillos ni albos se pudo llenar las populares del estadio Quiteño

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Foto Por edhdep

Por Mario Reyes | @MarioDR

2016-02-13 9:00:00

El 16 de febrero próximo, FAS llegara a 69 años de vida institucional. La casa felina decidió adelantar los festejos, en vista de que los visitaba Alianza en uno de los clásicos más aguerridos y esperados que la afición santaneca pueda presenciar.

Pero la fiesta en el estadio Óscar Alberto Quiteño se vio muy mermada. Pese a ser un partido de notable trascendencia, la convocatoria no fue la de otras veces. La Turba Roja reapareció de nuevo con sus cánticos, la mayoría dirigidos hacia su contraparte aliancista, que a su vez respondían por medio de los bombos de la Ultra Blanca. Y de no ser por ellos la fiesta se habría caído casi por completo.

Las zonas detrás de cada portería estaban casi desoladas. Las tribunas, alta y baja, tampoco estuvieron a tope. Aún así, el clásico se vivió como tal y se aprovechó para agasajar al tigrillo por su próximo aniversario.

Al medio tiempo, el aparato de relaciones públicas de FAS hizo pasar a la cancha al mariachi, que cantó “Las Mañanitas” ante el pastel del tigre cumpleañero y que además le dedicó la clásica de “El Rey”. También cantaron algunos aficionados al son de las trompetas y la guitarra del trío musical. Desde la tribuna bajó el cantante René Alonso, famoso por su Banda Lasser y declarado aficionado de Alianza, quien se lució con la rola “Gracias mi amor, por todo lo vivido”.

Desde lo alto, ojos atentos seguían de cerca todo lo que aconteciós sobre el césped. Ramón Maradiaga, técnico de la Selección Mayor, viajó a Santa Ana junto a sus asistentes, Gilberto Yearwood y Luis Garibaldi. “El Primi” se acercó luego a saludar a su colega el “Zarco”, Jorge Rodríguez, su predecesor en el banquillo de la Selecta y que también estaba siguiendo a sus rivales como actual entrenador del Isidro Metapán.

El 0-0, sin embargo, dejó tan fríos a tigrillos y elefantes como el clima mismo. El frente frío brindó un ambiente amigable entre los espectadores, mismo que se tradujo en un comportamiento pacífico entre ambas aficiones.