SAN MIGUEL. Con su tercer gol en el torneo, Alan Murialdo salvó a Dragón. Y lo hizo después de un primer tiempo en el que naufragó el equipo sin encontrarse, y con una segunda parte en la que gracias a su olfato y actuación regaló la victoria (1-0) sobre un Sonsonate que salió frustrado por no poder salvar el punto.
A Dragón se le trastocó un poco su planteamiento a los 31 segundos de juego, después de que saliera golpeado Jefferson Polío y no lograra recuperarse. A los cuatro minutos, tuvo que dejar su puesto para cederlo al ingreso de Axer López. Un cambio que movió no solo de nombre el esquema mitológico, también una idea que depuró en el camino.
Sonsonate tuvo su primer acercamiento a los seis minutos, después de estar tocando bien, cuando Paolo Suárez sirvió de zurda a Roberto González, quien tocó a marco y su disparo se fue pegado a la base del poste derecho de Manuel González.
La dinámica la fue poniendo así el cuadro cocotero. Pero los mitológicos pusieron empeño, conscientes de que estaban de locales.
Consiguieron aprietar al portero Julio Martínez a los 13 minutos, con un tiro libre que cobró Gerson Serpas y que se fue cerca de la meta rival. Se fueron soltando los migueleños, pero con insistencia en las estacionarias.
Por momentos, el juego tendía a bajar revoluciones, era más lento, concentrado en el medio, sin opciones de peligro y con algunos pelotazos para cualquier área sin encontrar receptor.
Fue Dragón el que trató de sacar provecho de los tiros de esquina, como un cabezazo que recepcionó Luis Hernández, sumado al ataque (23’), y que volvió a poner alerta a Martínez. Sonsonate se defendía bien, aunque disminuyó el actuar de arranque, en el que Suárez era el más desgastado en sus rotaciones y las marcas que recibía, y William Guerrero –más atrás– le hacía la segunda. Sin embargo, la idea occidental despuntaba ante un Dragón al que le faltaba una figura adelante más desequilibrante y mostraba un mediocampo más bien flojo.
Eso le permitió a Sonso seguir llegando por las bandas al área escupefuego. Marcos Rodríguez fue pillado, en dos ocasiones, en fuera de lugar; y además, el equipo tuvo hasta cuatro ocasiones de peligro más con el mismo Marcos, con Paolo, con González, que remataban a puerta, pero la definición fallaba.
Supo “escupir” fuego
La pauta, sin duda, la ponía Sonsonate; mientras Dragón se cuidaba, pero pedía ir al receso para reencontrarse y cambiar la clave que lo hiciera encontrar el resultado. Esto provocaría que, en los primeros segundos del complemento, se anularía un gol a Murialdo, por fuera de lugar.
Después, a los 50’, llegaría una acción con dos oportunidades para hacerla efectiva: primero, López se metió al área y remató a puerta, con un rechazo de Martínez; segundo, la encontró Murialdo, y de primera la mandó a estrellar al poste.
Parecía que le había venido bien el descanso a los migueleños. Sin embargo, no encontraban el gol. Las opciones se abrieron por todos los flancos para Dragón, que parecía decidido a encontrar el gol, pero trayendo a cuestas una ansiedad que la terminó por matar Murialdo. El argentino se desplazaba por la derecha, y en una pelota que asistió Serpas, cruzó el área en diagonal y lo remató de izquierda (64’).
Con la motivación del gol, Dragón se mantuvo firme atrás, para evitar cualquier traspié, ante un Sonsonate que no había perdido de visitante.
La recta final, con los movimientos para mover el ataque cocotero, volcó a Sonsonate a no renunciar por salvar el punto. Dragón resguardó su idea y defendió su localía, sumando su tercer triunfo en el torneo, segundo de local.