¿Qué pasó con Juan José Polío?

Sus principios fueron como delantero, pero su talento le permitió terminar su carrera como volante de marca en ??guila

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Foto Por edhdep

Por Rafael Cárcamo | Twitter: @RafinhaEDH

2016-02-14 9:44:00

Un lamentable accidente de tránsito ocurrido la noche del 24 de abril de 1978, justo en la entrada a la ciudad de San Miguel, retornando de Santa Rosa de Lima, forzó que Juan José Polío se retirara aún temprano.

“Era casi la medianoche cuando regresábamos a San Miguel de una reunión que habíamos tenido con un grupo de jugadores y en la cual celebramos que Luis Baltazar Ramírez Zapata se marchaba a jugar a Costa Rica con el Cartaginés, cuando de pronto me dormí y fui a chocar con otro auto”, recuerda J. J. Polío, tal cual era conocido en el ambiente futbolístico.

Recordar este hecho obviamente golpea sus emociones y sentimientos, pues el saldo fue trágico, ya que el masajista del equipo viajaba con él y falleció en el instante, J. J. Polío, mientras tanto, quedó inconsciente y tardó un mes para despertar del estado de coma.

“Para mí fue algo muy complicado porque todo se me truncó, resulté con golpes graves en mis piernas y ya no pude volver a jugar, tampoco pude continuar con mis estudios de administración de empresas que realizaba”, recordó este talentoso volante cuya cima del éxito alcanzó con el equipo emplumado.

Pero mientras estuvo como jugador activo, J. J. Polío dio lo mejor de sí en Águila, equipo con el cual logró tres títulos nacionales (1968, 1972 y 1975). El primero cuando Conrado Miranda era el entrenador y Cariota Barraza jugó su último año

“Llegué al equipo procedente de El Vencedor de Santa Elena, mi pueblo natal, Conrado Miranda me vio jugar ahí y me llevó a Águila (1967), así tuve la suerte de jugar a la par de Pando Mena, Pucul Bonilla, Tentación Ramírez, Maquinita Merlos, Jorge Tupinambá, el mundialista brasileño Zózimo, esta fue una generación que ya iba de salida”, recordó.  

Ese año Águila no fue campeón, pero J. J. Polío terminó como subcampeón goleador con 24 goles, el campeón fue el brasileño Odir Jacques, con 25, y que había llegado a jugar con Alianza. “Cuando llegué a Águila comencé a jugar como delantero, pues era mi posición original desde mis inicios en Santa Elena”, aclaró.

El kínder de Barraza

Poco tiempo después, Conrado Miranda se marchó del equipo, Cariota Barraza se retiró como jugador activo y tomó las riendas del equipo y con ello llegó una nueva generación de jugadores que se conoció como el “Kínder de Barraza”, J. J. Polío era de los más jóvenes y se quedó en el equipo y fue entonces que alternó con jugadores que marcaron huella.

Estaban ahí talentos como Ismael “Cisco” Díaz, Luis Abraham Coreas (ya fallecidos), el “Pelé” Zapata, Moisés “Pechemono” González, Félix Pineda, Amílcar Umaña, Chepe Beto Serrano, Macora Castillo, “Pedritín” Flores, Bolívar Quiroz y Joaquín Alonso Ventura, entre otros.

Figuraba además el brasileño David  Pinho. “Con todos ellos logramos tres  títulos, fuimos el primer equipo que se coronó campeón en el Estadio Cuscatlán, esa vez (1975) ganamos 3-1 a Alianza con goles de ‘Pechemono’ González, Zapata y el ‘Cisco’ Díaz”, comentó.  

Dijo que con este grupo de jugadores compartieron entre cuatro y cinco años, lo cual les  permitió posicionar muy bien a Águila tanto a nivel nacional como regional, pues lograron un título a nivel de Concacaf (1976), hasta que llegó la fatídica fecha en que sufrió el accidente de tránsito que ya hemos apuntado.

¿Qué hace?

Tras su retiro forzado de las canchas en 1978, Juan José Polío intentó incursionar en la profesión de entrenador, para ello sacó su título para poder dirigir en Liga de Ascenso, pero para entonces ya se había radicado junto a su familia en Santa Tecla y el estarse moviendo largas distancias no le era atractivo, por lo que terminó renunciando a esta intención.

Gracias a la base que tenía de sus estudios universitarios adquirió empleo en algunas empresas del sector privado, siendo su última fuente de trabajo el ingenio Chanmico, de donde se jubiló y desde entonces comparte más tiempo con la familia. “El fútbol para mí siempre ha sido una pasión y con cierta frecuencia voy al estadio con mis hijos a ver al Águila o a la Selección Nacional”, comenta.

Como parte de una generación brillante del balompié nacional, J. J. Polío, ese volante de marca que desplegaba buen dominio del balón, visión de juego y que tenía una pegada privilegiada al balón, lamenta que el nivel futbolístico de El Salvador haya bajado tanto. “Quizás uno de los grandes problemas del fútbol nacional en la actualidad es que está muy metalizado, predomina más el dinero que el deseo de jugar bien”, concluye.