Lleva toda la vida ligado a la pelota, desde su infancia en la cercana Amapala, Honduras donde creció escuchando las narracioness del redondo salvadoreño y leyendo las hazañas de los jugadores cuscatlecos. Ahí comenzó su cercanía con nuestro fútbol. Muy luego destacó con la pelota en los pies y se lo llevaron a la capital hibuerense para jugar en el Motagua, Real España, y tuvo un prolongado paso con los nacionales Alianza, Águila e Independiente, además del Tenerife de España.
Ramón “Primitivo” Maradiaga fue también suno de los ases que representaron a Honduras en el Mundial España 82 y con su retiro se inclinó por las nobles armas de la dirección técnica. A la fecha es el único técnico centroamericano que ha dirigido a las selecciones de su país, Guatemala y El Salvador. Tomó a la Selecta en esta aventura rumbo a Rusia 2018 y llegó como emergente con su compañero de fórmula Gilberto Yearwood. El español Albert Roca dirigió al combinado salvadoreño ante San Cristobal y Nevis pero se hizo a un lado; luego apareció el “Zarco” Rodríguez para dirigir ante Curazao y clasificar a la cuadrangular de donde saldrán dos equipos que disputarán la hexagonal final: México, Honduras, El Salvador y Canadá.
Pero no todo ha caminado sobre ruedas, cuando Maradiaga llegó se encontró con un grupo que organizó en dos partidos amistosos ante Haití y Guatemala. Luego vino el movimiento de los jugadores pidiendo mejores condiciones en los viajes, hospedajes, pero hubo un desmembramiento al punto que se tuvo que armar un equipo a la carrera.
Fue como nadar contra la corriente, casi como volver a enseñar lo más elemental del fútbol, eso sin apenas iniciar el trabajo táctico-estratégico que en definitiva es el que más cuesta transmitir.Así le hizo frente a México en el Azteca con un resultado de 0-3 que resultó hasta positivo dadas las circunstancias; y luego en casa se empató ante Canadá, un juego que debió haberse ganado.
Después vino el trabajo en microciclos espaciados y se ha llamado a jugadores de la primera convocatoria, viendo como algunos jóvenes evolucionan pues se ha recomenzado casi desde cero, sabiendo que el entusiasmo es el dínamo que puede impulsarlos y en ese rubro Maradiaga es especialista.
Se vienen ahora dos partidos contra Honduras, pero antes hay que disputar tres juegos de preparación que deberán disponer al onceno para afrontarlos. “Creo en mi trabajo, mis ideas, valores y principios y si hubiera visto que no tenía posibilidades de pasar a la otra ronda no me hubiera hecho cargo de este compromiso”, ha dicho Maradiaga, quien ha tenido que sortear variables que han entorpecido la preparación, teniendo que ceder e incluso contemporizar con los equipos de la Liga Mayor para darle validez a su trabajo.
Mañana se enfrenta la Selecta a Panamá en la capital canalera, uno de los países que más han evolucionado en la región. “Estoy optimista, hemos intentado transmitir una idea de juego acorde con la idiosincracia del fútbol salvadoreño, basado en el buen trato a la pelota, evitando el contacto físico sin por eso ser timoratos. Además trabajamos con tesón en la cultura táctica; el futbolista salvadoreño debe condicionarse a seguir instrucciones al pie de la letra, sin por ello coartarle su inspiración personal, esa es la base de la disciplina dentro del campo”.
Como gran motivador y aunque no tiene mucho de donde escoger, el “Primi” sabe elegir sus jugadores e impulsarlos en pos de la victoria. Consciente que tiene muchas exigencias ahora se lanza en nueva aventura, con un equipo que dista mucho de tener la materia prima idónea y con ello debe buscar una quimera, pues su fama pasa por ser de esos técnicos que se manejan en un mundo donde solo hay espacio para los ganadores. Ahora se mueve al borde de la cornisa, apurando al máximo los recursos de sus jugadores, actuando con sabiduría, tal como debe corresponder a un perito consumado. Como conductor de nuestro primer equipo es un deber patriótico apoyarlo y ayudarle para que pueda conseguir sus objetivos, que son los de todos nosotros. Y en ese sentido mañana tiene un examen riguroso ante Panamá, después vendrá Guatemala y Nicaragua antes del gran examen: “Tanto los jugadores como yo, tenemos muy claros los objetivos, se busca clasificar a la siguiente ronda y además estamos realizando un trabajo a nivel formativo, pues de eso se trata, intentar que el futbolista esté preparado dentro de un esquema definido para cuando se requiera su presencia y construir un bloque con vistas a un mejor rendimiento. Estos partidos nos servirán para ver el funcionamiento y sobre la marcha ir haciendo los correctivos necesarios”, definió.
Por supuesto que los escépticos abundan y no le dan crédito a las verdades que el “Primi” pregona: “Creo en mi trabajo, mis ideas, valores y principios y he visto la evolución de los jugadores y si hay algo meritorio en ello es el entusiasmo y la mentalidad que muestran, los anima un deseo de triunfar”. Miembro de una generación dorada de valores hondureños, coincidió con una camada similar de futbolistas criollos, pero no se mete a establecer comparaciones, prefiere inclinarse por decir que los actuales son diferentes. Es que como técnico ha tenido una gran participación en las selecciones chapina e hibuerense, con las cuales tuvo grandes satisfacciones así como tristezas. Las ha dirigido en procesos mundialistas y además ha trabajado en varios clubes profesionales del istmo, incluyendo al Águila de San Miguel. Y en esta fase estará ante un desfiladero de donde no tiene escapatoria, pues enfrentará los colores de su país, esos mismos que ha defendido, primero como jugador y luego como DT. “Esto es una profesión, nada nos debe desviar de nuestros objetivos ni desalentarnos de la obligación moral de entregar lo mejor como persona y como profesional, para llegar a tener la satisfacción de contribuir no solo a la formación de un futbolista con valores y mentalidad para competir en el fútbol y en la vida, sino a los triunfos de la causa que nos debemos”, finalizó.