Dividieron honores en el Clásico

FAS y ??guila empataron en un juego con dominio alterno, que empezó flojo pero que terminó con emociones

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Alex Larín, lateral izquierdo del FAS, festejando su gol.

/ Foto Por edhdep

Por César Najarro | Twitter: @cjnajarro

2016-02-24 8:55:00

Con los fantasmas que una derrota podría derivar en la salida de Carlos Martínez como DT de FAS (el rumor era que pensó en irse tras caer ante Pasaquina), los tigrillos recibían muy presionados a los aguiluchos en el clásico nacional 224.

En situaciones disímiles (Águila llegaba como líder), en la cancha poco contaba eso. Lo tenía claro el conjunto emplumado, que fue el que más intentó proponer sobre el arranque de un partido un poco falto de ritmo, sin conexiones, sin nadie que tejiera fino para ir construyendo. El pelotazo era la fórmula frecuente.

Curiel, quien salió de titular por Muñoz (venía jugando en todos los partidos para los emplumados), fue el primero en probar a arco, con un remate algo colocado pero no con la suficiente fuerza para vencer al arquero Adolfo Menéndez, quien se lanzó para atrapar el disparo raso. Y poco después, fue Héctor Ramos el que probó con un remate que ni a las moscas hubiese espantado, y que atrapó con suma sencillez el meta tigrillo.

Al menos, Águila llegaba, mientras que FAS apenas había probado con un remate desviado de Morán, y un tiro libre, también sin dirección a arco, de Larín.

Águila proponía un poquito más, y tuvo una ocasión al 17’, tras un tiro libre que “peinó” Umanzor. La bola nadie la pudo rechazar y le quedó a Valoyes, pero se “equivocó” de lado, es defensa, “despejó” a las gradas en vez de tirar a arco. 

El partido, relativamente, era controlado por Águila, que apenas sufría cuando Morán y Renderos ponían el balón en el suelo y se juntaban con paredes. Pero una mala salida de la visita, al 22’, casi les cuesta caro. Un balón comprometido para Umanzor terminó en los pies de Morán, quien le filtró la bola al “Café” Mendoza, pero este se precipitó e improvisó una tijereta al borde del área, sin ninguna marca, y con todo el tiempo del mundo para bajar la esférica y controlar. 

Lizama generó para Águila una ocasión, cuando dejó a dos defensas por derecha y sacó un centro al corazón del área, perfecto para Curiel, quien, entre los centrales, cabeceó a placer, pero la tiró desviada.

Pero FAS ya había despertado, y comenzaba a llevar peligro, a cuenta gotas, pero peligro al fin. Un tiro libre de Larín pasó por arriba, y luego, una gran pared entre este y Renderos dejó al contención en mano a mano con el arquero Villalobos. Le levantó la bola con una vaselina y salvó en la línea Santos Ortiz el gol, pero el meta se pasó llevando al fasista, lo atropelló. Penal claro que cobró Larín, el goleador del equipo, para poner a ganar a los tigrillos sobre el 38’. 

Pudo empatar Águila antes del descanso, en una gran jugada del juvenil Érick Villalobos, sobre el 42’, cuando se hizo un autopase entre dos tigrillos y sacó un centro por la espalda de la defensa para Santos Ortiz, quien se lanzó en “palomita” ante la salida del arquero Menéndez, que salvó al taparle bien el ángulo al volante aguilucho.

Se fue FAS al descanso con la ventaja, pero Águila salió con todo en el complemento (mucho mejor partido), adelantó las líneas, tiraron a Ibsen Castro solo como volante por derecha, y pasaron a línea de tres de la que, incluso, se desprendía Jimmy Valoyes para llevar peligro. 

Águila comenzó a llenar el área de los tigrillos con centros y, así, casi llega el empate, al 53’, cuando se lo perdió en solitario Ramos, al cabecear una prolongación de testarazo de Valoyes, pero la bola fue desviada. 

Llegó el premio para Águila al 59’, tras un tiro libre. Ramos le ganó por arriba al meta Menéndez, quien salió mal, la bola no la pudo despejar nadie, y llegó Valoyes para hacer un nuevo centro que esta vez no desaprovechó Ramos, al rematar a un metro de la línea de gol. 

La vista era mejor, pero se durmió Romero al 75’ y Larín le “robó la cartera”, remató en barrida, la bola la escupió el poste, le quedó a Rivera y su remate lo salvó Umanzor, en dos clarísimas, dos de gol que se ahogó en las gargantas de la afición local.

Se volvió a salvar Águila sobre el 83’, en un balón rechazado en el que salió el arquero, tras un tiro libre. La pelota le llegó a Larín, quien, de cabeza, la mandó al travesaño. 

No hubo más, empate justo en un partido con dominio alterno, que mejoró notablemente en el segundo tiempo en el que aparecieron las emociones.