La historia repetida

Una columna de Fernando Palomo

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La victoria ante Haití en Copa Oro hace que la Azul siga subiendo en el ranking FIFA. Foto EDH / AP

Por Fernando Palomo | Twitter: @Palomo_ESPN

2015-11-11 7:05:00

Se fueron al descanso, con el marcador abajo apenas por uno a cero, gol de Vicente García a los diez minutos tras un rechazo del arquero salvadoreño Edmundo Majano. El equipo mexicano era el gran favorito de la competencia de fútbol de los Juegos Centroamericanos y del Caribe en San Salvador.

Dieciocho mil espectadores en el nuevo “Stadio Nacional”, sede del cuarto partido del torneo. Miércoles 27 de marzo de 1935 a las ocho de la mañana y con el arbitraje del costarricense Manolo Rodríguez. 

En México jugaba como interior izquierdo, una especia de “media punta” de hoy en día, “el Chino” Julio Lores. Peruano, nacionalizado mexicano y sobre quien existían sospechas de ser un jugador profesional. El reglamento de aquellos Juegos prohibía la participación de atletas que hubieran o hayan recibido dinero por practicar ese deporte.

Dudas que también pesaban sobre algunos jugadores de Guatemala y de Costa Rica. No hay constancia que ningún jugador salvadoreño de esa selección haya despertado dudas por su condición de profesional del fútbol. Decía el periódico El Siglo de Torreón que el partido, el primero en la historia entre El Salvador y México, iniciaba “en completo desorden”, en un juego “sin técnica” en el que ambos conjuntos parecían equipos conformados por “principiantes”.

Fuerte comentario en contra de un equipo cuestionado incluso por la presencia de un jugador considerado profesional como Lores. El Salvador venía de conseguir un convincente triunfo de 4 a 1 frente a Cuba por lo que se esperaba un partido parejo.

Así fue hasta el final del primer tiempo, mal partido pero equilibrado. El segundo tiempo comenzaba con el equipo mexicano “demostrando mejor organización”. Para La Tribuna de Costa Rica el empate nacional llegó con una “estupenda jugada de combinación” completada por Miguel “el Americano” Cruz.

En el obituario publicado por este periódico en el año 2000 tras la muerte del “Americano” Cruz, Roberto Águila recuerda una frase del delantero salvadoreño: “En los equipos nacionales y en la selección jamás cobré nada, porque siempre jugué al fútbol por diversión”. 

El sueño de un partido parejo ante los mexicanos se despedazó poco después del gol de Cruz. Cuenta el Dr. Alejandro Gómez Vides en su libro “Historia de las selecciones de fútbol de El Salvador” que al técnico nacional, el catalán Pablo Ferré Elías, le habrían “aconsejado” poner a los suplentes frente a México.

Esto, según la teoría expuesta por Gómez Vides, permitiría que “el cuadro titular estuviera fresco y descansado contra Honduras” que era el siguiente rival. Don Pablo no hizo caso y jugó con el mismo equipo que venció a Cuba en el primer partido. 

Tras el empate, el equipo mexicano “redobla esfuerzos” como dice la crónica del Siglo de Torreón y obliga a los salvadoreños a dedicarse únicamente a defender el 1 a 1. No dura mucho la igualdad y después de un disparo al ángulo de Luis “Titi” García, México abre las compuertas.

Uno tras otro fueron llegando los goles del cuadro azteca hasta que “el juego empieza a perder su brillo por la superioridad de los mexicanos”. Fueron ocho goles de México y pudieron ser nueve de no ser porque el silbato del árbitro llegó antes que el disparo de Vicente García superase a Majano.

La historia del primer partido ante México: El Salvador no ha hecho mucho para que no sea difícil imaginar un resultado como el de aquel primer partido. Al frente del fútbol nacional han estado decenas de dirigentes que han sido los grandes responsables de que, ochenta años después, El Salvador tenga un fútbol alejado del verdadero profesionalismo.

Es el deporte más popular en manos de incapaces dirigentes. Han relegado a El Salvador a una pérdida regular de competitividad en la región, han menospreciado a los jugadores, le han faltado el respeto a la afición, no han hecho nada para que la historia cambie. Les preguntaría, ¿merecen seguir al frente del fútbol nacional?