Las piedras volcánicas son mudos testigos de parte de la historia grande del fútbol. Un tour guiado por el estadio Azteca sirve para certificar sensaciones y conocer nuevos asombros relacionados con el Coloso. Aquí jugará El Salvador en un día, aunque mucha gente, de la que pagó el tour y también de la que merodea por los alrededores, todavía no se ha enterado de dicho partido.
El Salvador está presente en esas entrañas de túneles que forman una especie de laberinto debajo de las tribunas. Allí, en el mural donde aparecen todas las selecciones que jugaron alguna vez en el Azteca, la Selecta tiene su lugar destacado, entre EE.UU. y Cuba. Frente a esas banderas, aparecen Pelé, Maradona y Beckenbauer, inmortalizados en gigantografías con sus hazañas en el estadio.
La visita también incluye pasar por los vestuarios y confirmar que El Salvador usará el local. ¿Por qué? Razones de patrocinios y sponsors, algo que se cuida mucho en este lugar. El vestidor local está patrocinado por Nike, que tiene contrato con el América, equipo que juega de local en el estadio. Como a la selección mexicana la viste Adidas, decidieron cambiar de lugar y evitar fotos o videos con el logo equivocado. Eso sí, los dos vestuarios son amplios, cómodos y con camillas de masajes para cualquier eventualidad. Un lujo.
El partido de mañana todavía no ha tomado ritmo en la gente. Pocos son los que saben que ya empiezan las eliminatorias, inclusive entre los que pasean en el “tour del Coloso”. Afuera, en las inmediaciones del estadio, los vendedores de boletos esperan que mejore la venta. Aquí no hay taquillas abiertas sino personas que venden las entradas a precio oficial en las distintas puertas del estadio. Un “rara” reventa…
Los pocos conocedores del juego apuntan que “no será fácil ganar” a la Selecta. “Esto ya no es como antes que se ganaba muy tranquilo, hoy todo se emparejó y habrá que ver como responden al nuevo entrenador Osorio”, relató Miguel García, uno de los vendedores de camisetas en la zona. “Ganaremos, pero será difícil, creo 2-0” completa Abigaíl, una de las pocas que compró su boleto. ¿Será así?