“Mágico no aguantó la presión en el Azteca”

Paco Jovel recordó esa primera visita de la Selecta al Azteca por una eliminatoria. Esta y otras anécdotas como el sonido de vuvuzelas, guerra psicológica contra México

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Foto Por edhdep

Por Víctor Zelada | Franklin Ponce

2015-11-12 9:12:00

Para El Salvador cada visita al Azteca es una experiencia que no se olvida. Siempre se tuvo de referencia que era un estadio que podía albergar hasta 110 mil espectadores, que la afición ejercía presión pero se temía más a los árbitros porque eran localistas. Hasta 1997 comenzó a hacerse sentir el zumbido de las vuvuzelas.

EDHdeportes buscó conocer diferentes historias de exjugadores de Selección para recordar cómo se vivió cada partido contra México.

1970

Mauricio “Pipo” Rodríguez, uno de los mundialistas de 1970, recordó que la altura no le afectó al equipo salvadoreño, sí la actuación rigorista del árbitro Aly Hussein Kalil.

“Para el Mundial llegamos 20 días antes de los compromisos y jugamos amistosos. No afectó la altura, así como tampoco afectó en 1969 cuando ganamos a Honduras porque llegamos un día antes. En 1970 México vivía su fiesta mundialista y se escuchaban comentarios que tendrían un paseo de campo, que nos meterían goles pero se portaron bien y no escuchamos insultos.

A México le pesó que le costó marcar el primer gol y su afición se volcó en contra. Pudimos marcarles un gol que pegó en el marco. El primer gol fue ilegal. Teníamos una jugada a nuestro favor y todos salimos y un mexicano avivó, tocó la pelota y el árbitro dejó correr la jugada para que nos anotaran. Los demás tres goles fueron buenos pero el estado de ánimo había cambiado porque estábamos enojados y frustrados. Ese 4-0 fue mucho”, comentó “Pipo”.

1977

Siete años después tocó jugar contra México, sede de la hexagonal final rumbo a Argentina 1978. La Selecta venía de ganar a Canadá en Monterrey y “El Tri” se llevó ese duelo en el Azteca.

“Paco” Jovel, capitán de la Azul en esa ocasión, contó: “Teníamos un buen equipo que venía conjuntado en los últimos seis años. Se hablaba que si la altura nos podía afectar pero no fue así, fue un buen partido pero lo perdimos 3-1. México siempre ha utilizado las influencias y nos pasó.

El compañero Baltazar Ramírez Zapata fue expulsado en el primer tiempo de forma extraña. Se prestaba a cobrar un tiro de esquina y le mostraron tarjeta roja solo porque la pelota no estaba sobre la línea. Tocó jugar casi todo el partido con 10. Mágico González, que por entonces era un novato, no aguantó la presión y salió a los 30 minutos. Ese México tenía de referente a Leonardo Cuéllar, Víctor Rangel y Hugo Sánchez que era joven”.

1993

México había perdido 2-1 en el Cuscatlán por la hexagonal y ese partido era para ellos “la venganza”.

Carlos Castro Borja, quien había marcado uno de los goles en el primer juego, compartió su anécdota. “Venían de perder contra nosotros y querían venganza. Cuando llegamos a ese país nos decían que no saldríamos vivos. Viajamos un día antes del juego, al llegar al hotel unos mexicanos nos esperaron para decirnos que nos deseaban el mal pero entendimos que cada aficionado vive a su manera el partido.

En la madrugada, unos 40 aficionados nos despertaron con pitos de camión, cohetes y morteros, además que nos cantaron. Con Cienfuegos éramos compañeros de habitación. Ya en el partido la altura no nos pesó, estuvimos concentrados pero nos marcaron tres goles. Lo bueno es que Óscar Ulloa marcó un gol y ese resultado fue decoroso. Lo malo fue que el arbitraje fue localista

1997

Se registró la peor derrota y el ambiente fue hostil. Fue un 5-0. Tres jugadores de esa selección opinaron. Para entonces ya los aficionados usaban las vuvuzelas.

Misael Alfaro, quien incluso atajó un penal, contó: “Recuerdo que nos tiraban cabezas de pollo en el arco, mientras hacíamos el calentamiento. La verdad (la altura) eso nadie lo puede contrarestar primero porq es algo natural. Pero si se puede jugar al menos a mi no me paso nada. Al

“Negro” Hernández, en el entretiempo, le pusieron oxigeno. Los ojos arden mucho”.

Para Alex Amaya del Cid: “A nosotros no nos afectó la altura porque llegamos un día antes del juego, lo hicimos en la noche. Pero aún así, poco a poco se va sintiendo en el partido. La afición apoya a full, solo que se siente que sucede tres veces más que el Cuscatlán, por la que hay.

Cuando vas llegando a los camerinos, se siente como que hay un panal gigante en tu cabeza. El zumbido que se siente es enorme”.

Roberto Hernández compartió que les costó comunicarse entre los compañeros por que era ensordecedor ese zumbido. “Jugar en el Azteca no se parece en nada a jugar en cualquier otro estadio, el zumbido que se produce cuando toda la gente grita al unísono es ensordesedor, no nos escuchábamos entre uno y otro ni a dos metros de distancia, la cancha del Azteca es rapidísima y cuesta adaptarse al principio, la pelota viaja más de lo normal, pareciera que tarda más en caer.

La altura no la sentimos porque llegamos a media noche y el partido era a medio día”.

2009

Para este partido también hubo ambiente hostil. Los mexicanos se quejaron del trato recibido en el Cuscatlán, como el uso de mascarillas. A esto se sumó que la Selecta, dirigida por De los Cobos, ganó 2-1. Ya en el partido hubo un ataque de abejas en la portería donde estaba Miguel Montes.

El volante Ramón Sánchez, que estuvo presente en ese partido, explicó que la Selección trató de adaptarse con un campamento pero en el 4-1 afectó no mantener el cero atrás por el autogol de Marvin González. “No fuimos unos días antes a Querétaro para acomodarnos a la altura. Del ruido no se hablaba, lo que más se mencionaba era sobre la altura.

Por esos días se hablaba que nos golearían, pero nosotros creíamos que si aguantábamos los primeros minutos a 0 goles eso nos ayudaría para agarrar confianza. Por poco y llegábamos a eso, lastimosamente recibimos un autogol en el primer tiempo. Ya en el segundo nos caen los 3 goles y logramos descontar con un golazo de Julio Martínez”.