Siempre habrá hinchas de la Selecta allá donde juegue El Salvador. Es un amor incondicional aunque los pronósticos previos en contra no sean los mejores para la Azul. Algo así sucedió con el público salvadoreño que se llegó hasta México a desafiar las lógicas del fútbol y ser testigos directos de la presentación de la Selecta en el Azteca, el legendario escenario del fútbol mundial.
El estadio Azteca se va poblando de gente -poca es cierto para un partido de su selección- y entre ellos se mezclan los salvadoreños. Hay buen vibra con los hinchas locales y se toman fotos con banderas intercambiadas y bufandas rivales. Esa es la verdadera fiesta del fútbol: camaradería y buena vibra entre aficionados de equipos que se juegan todo en la cancha.
Allí está el artista Mister Chato que llegó desde Houston con José Huezo como parte de la barra “Fuerza 503”. Y muestra el optimismo de siempre. “Es una alegría poder ver a El Salvador y mucho más acá en el Azteca, por eso no dudamos en llegar para apoyar”
Si de apoyar se trata, también la familia Rodríguez llegó íntegra desde Santa Ana. Son 6 en total y disfrutaron de México a lo grande. Aníbal, el “jefe” dice que cumplió un sueño. Junto a ellos, su amigo José España, recién llegado a México desde Ahuachapán. Otra familia, Santos Ruiz llegaron desde Virginia pero piden expresamente que se publique en EDH que son de La Unión. Promesa cumplida.
También desde el país del norte pero desde Houston se hicieron presentes José González y Erick Medina, los dos enfundados en sus camisetas azules y sin parar de tomarse videos en el Azteca.
Un párrafo aparte merecen Miguel Ramírez y su papá Roberto. Desplegaron su bandera en la puerta del estadio y los mexicanos hacían fila para fotografiarse con ellos. Hasta el “Rey Misterio”, un aficionado disfrazado de la popular lucha libre mexicana quería la instantánea con los Ramírez.
Es cierto que el Azteca no lució como en sus mejores noches. El público mexicano en general no está contento con lo que está pasando con su selección en los últimos años. Y lo hicieron sentir en las taquillas. Pero la alegría no faltó. Así se vieron muchos hinchas disfrazados de distintos peleadores y populares caricaturas aztecas.
Los sponsors tampoco perdieron el tiempo. Parquearon un bus en las afueras del estadio con ex jugadores de la selección local como Luis Hernández, Jared Borgetti, García Aspe, Fonseca y Ramírez. Los aficionados hacían una fila bastante larga para tomarse fotos con ellos.
La barra salvadoreña se ubicó en la parte alta del estadio, en una esquina. Y desde allí, con el Indio Cuscatleco como estandarte, se hicieron sentir durante todo el partido. Pocos –en el contexto del Azteca- pero ruidosos dejaron otra vez bien arriba el nombre de la afición cuscatleca.