-Cuando un técnico de fútbol se va a la cama, lleva dos interrogantes: si va a ganar el próximo partido o si lo echarán.
-Ningún entrenador es perfecto, sobre todo cuando los periodistas enjucian sus habilidades de estratega.
-No hay técnico que dure varios años, ni directiva que lo resista.
-Al oído de los técnicos: cuando llegan los triunfos, hay que ofrecerles un buen asiento.
-En un estadio y luego de un partido, el único que no sabe de fútbol es el entrenador del equipo que perdió.
-“Este trabajo es inestable, hoy estás acá, mañana allá, luego vuelves a tu lugar de origen. Y asi se va pasando”. ¿Eres piloto?, “No entrenador”.
-Si el equipo ganó, los buenos son los jugadores, pero si perdió el malo es el entrenador.
-Un técnico no debe dividir su tiempo para entrenar a sus jugadores, debe multiplicarlo.
-Algunos dirigentes se meten tanto en el trabajo de su entrenador que el nombre de director técnico suena más a título honorífico, como cuando a uno le dicen que es el jefe del hogar.
-La disciplina de un equipo de fútbol, se parece mucho a un caballo; del entrenador va a depender que lleve las riendas o que el equino lo lleve a su antojo.
-Los jugadores tendrán tiempo para descansar, un entrenador, jamás.
-Detrás de toto entrenador que triunfa, siempre habrá alguien que diga que lo asesoró; pero si fracasa, no faltará quien diga que se lo advirtió.
-El banco come, no he conocido un técnico experimentado que no sea calvo o que no sea cano, a menos que se pinte el pelo.
-Un instante después de una final, el entrenador solamente piensa en el próximo torneo, o si será despedido.
-El más grande entrenador, alguna vez fue principiante.
-No pidan a un técnico más de lo que puede dar, el conocimiento se transmite, la sabiduría no.
-Un entrenador reflexionaba:”antes de meterme a dirigir llevaba una vida buena, hoy es mucho mejor, pero a veces quisiera que volviera a ser buena”.
-Un técnico debe tener la boca cerrada en dos ocasiones: cuando está enojado y lo entrevistan, y cuando nada.
-Ahora resulta que mucho entrenadores, periodistas, árbitros, dirigentes y aficionados fueron grandes futbolistas en el pasado, pero nadie se dio cuenta.
-Corresponde a un entrenador asesorar a sus jugadores cuando andan mal, porque cuando andan bien todos lo hacen.
-“Antes de comenzar mi carrera soñaba con revolucionar el fútbol, ahora me conformaría con que mis jugadores me hicieran caso”, expresó un entrenador.
-Cuando le preguntaron a un jugador su opinión sobre el nuevo técnico que llegaría a dirigir a la selección nacional exclamo: “gracias a Dios que solamente uno vendrá”.