La manera más efectiva de correr es la natural. ¿Qué significa esto? Basta que pienses en cuando eras un niño y corrías libremente por las calles. Nadie te había dado un manual de instrucciones. Tú solo corrías y así era perfecto, ya que nuestros cuerpos conocen por instinto la manera más rápida y eficiente de correr.
Para lograr una postura adecuada, debes colocar rectamente tu espalda y la mirada al frente. Los hombros tienen que estar sueltos y relajados.
En la manera “natural” o correcta de correr, el golpe de la punta del pie ocurre naturalmente debajo de tu centro de gravedad. En cambio, en la forma incorrecta o “no natural” de correr, el golpe del talón ocurre frente a tu centro de gravedad. Esto puede ocasionar lesiones y golpes en la rodilla.
Te comparto ahora algunos consejos puntuales.
¿Cómo correr subidas pronunciadas?
Mientras íbamos subiendo una cuesta muy difícil, un amigo me aconsejó: “debes tener la vista al frente y el paso ha de ser corto. Tampoco pienses en lo que te falta por subir”. Es un consejo muy acertado.
¿Cómo correr bajadas pronunciadas?
Reduce la velocidad, coloca toda la planta del pie para tener mayor soporte y menor impacto en tus rodillas.
¿Cuáles son los zapatos ideales para correr “natural”?
Cuando inicié en la corrida, usaba unos zapatos no adecuados, mis “frijolitos”, pero nunca me imaginé que con ellos era fácil lesionarme, pues no poseían la amortiguación ni estabilidad adecuadas de un zapato de correr.
Al comprar zapatos para correr, necesitas saber cuál es tu tipo de pisada: pronador, supinador o neutral. Te recomiendo cambiarlos regularmente, cada vez que la suela esté gastada. Esto dependerá del uso que les des.
¿Cómo evitar lesiones?
Antes de cualquier actividad física es necesario calentar. Puedes hacer este sencillo ejercicio de calentamiento.
1. Levanta lateralmente la pierna. 2. Pon el peso del cuerpo sobre una pierna, con la rodilla recta. 3. Levanta el otro pie del suelo llevando la pierna hacia el lado y mantén el equilibrio en la pierna de apoyo. Házlo 2 veces y luego cambia de pierna.
Estira al terminar de correr
Siéntate con el tronco erguido y la rodilla flexionada. Coloca la planta del pie de la pierna flexionada, por encima o por debajo de la rodilla, así estiras el abductor menor (por abajo) y el mayor (por encima). Mantenerte así por 10 segundos.