El esfuerzo de una ilusión

Francisco Rivera camina cinco kilómetros, atravesando incluso un río, para ir a Fundamadrid. Sobrevive, día a día, de la crisis social

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Foto Por edhdep

Por Varinia Escalante | Twitter: @VSKalanT

2015-12-05 4:07:00

Tengo 15 años y estoy contento porque pasé a noveno grado, en un lugar que se llama Centro Escolar Católico San Tarcisio, del cantón San José Cortez de Ciudad Delgado. Por eso, asisto a entrenar a la escuela de Fundamadrid de la sede Insinca, en Apopa, desde hace seis años. Mi abuela me acompaña, nunca voy solo.

Pero para ir al entrenamiento, tengo que recorrer, para llegar a la carretera principal cinco kilómetros, pasando varios montes. Después, agarro un bus para ir el entreno. Es decir que camino una hora con 15 minutos, más o menos. Para ir a estudiar, camino tres kilómetros.

El río está distribuido en distintos tramos, pero cuando se crece no voy a entrenar, y nunca me he arriesgado a pasarlo. Antes, no le habían construido una especia de puente, pero también se rebalsa, igual a veces tengo que mojarme los zapatos.

Donde vivo, que somos siete personas, es peligroso por las padillas, pero no salgo a la calle y si veo a los jóvenes los saludo, los respeto y ellos a mí.

Estar en Fundamadrid me ha ayudado con la disciplina, a no ir por el mal camino, ha llevarme con otras personas y a tener confianza a los amigos, que son otra familia y a conocer un deporte hermoso.

En el futuro, me gustaría estudiar hostelería y turismo, y quisiera ser un mesero, eso es lo que más me gusta. Igual que esta experiencia que estoy teniendo, que me tiene alegre por conocer otro país, el Real Madrid y hacer amigos de otras sedes, con quienes nos hemos divertido.