¿Qué pasó con ???La Peluda??? Ovando?

Exjugador y DT de Firpo, entre otros, incluyendo a la Selecta. Se mantiene activocomo DT, a la vez que dirige un taller mecánico

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Foto Por edhdep

Por Franklin Ponce | Twitter: @FP11EDH

2015-12-06 9:47:00

Miguel Ovando es de aquellas personas que llevan tatuado un balón de fútbol en el corazón. De los que aman, sufren y se apasionan con este deporte, al que consideran una de las mayores herencias de su familia, cuando en casa su padre construyó una pequeña cancha, que se convirtió en el nido de muchos éxitos. 

“Junto a mis hermanos y vecinos hacíamos el ‘mascón’ todas las tardes, después de ir a la escuela”, comienza el relato, al recordar su época como futbolista.

Ovando fue un lateral derecho que hizo su vida en Firpo, en la Primera División. Muchos lo recuerdan como un jugado aplicado y de mucha técnica dentro de la cancha y fuera de ella, con mucho carisma. Mientras, para él, su única preocupación fue entregar todo en la cancha.

“Durante siete años estuve con Firpo, tuve la oportunidad de compartir con jugadores de altos quilates como Paco Jovel, Luis Nelson Demoraes, ‘Pepe’ Orellana, Orlando Meléndez Campos, Samuel Rodríguez Góchez, Mauricio  Méndez y muchos más. Al mismo tiempo que me tocó enfrentar a otros grandes jugadores como Jorge ‘Mágico’ González, Norberto Huezo, Silvio  Aquino, ‘Mon’ Martínez, David Cabrera, ‘Kin’ Canales y ‘Avión’ Casadei. En lo personal, es una de las grandes cosas que agradezco haber encontrado en la cancha de fútbol”, señaló el exjugador pampero.

Dentro de las anécdotas que recuerda, Ovando cuenta: “Marcando al ‘Mágico’ González me hizo una culebrita con túnel incluido. Le dije: ‘otra no me la hacés’. Pero igual, siempre me las hacía. Otra vez, ‘Chamba’ Coreas me dijo que lo siguiera o que le anotara aunque fuera el último número de la placa, por lo rápido que era”. 

Sobre el apodo de “la Peluda”, Ovando confiesa que este nació por su estilo físico de esa época: “El sobrenombre me lo colocó el periodista Arnoldo Batres, en 1977, y fue porque usaba el pelo largo y con la barba muy espesa. En realidad, me gustó y me sigue gustando porque me dio un nombre en el fútbol”.

Miguel Ovando decidió retirarse en 1983, “tenía 31 años. Pensé que era lo mejor en ese momento. Paso a otra actividad, cuando adquiero un camión para hacer viajes”. 

Por dos años se transformó en transportista, sin dejar de pensar en el fútbol, aunque este fue quien no se pudo desprender de él porque más tarde aparece la oportunidad de regresar.

“De repente un amigo que había sido mi entrenador me dice que fuera a sacar el curso de entrenador en 1985. Lo cual lo tomé muy en cuenta y lo aprobé gracias a Dios y al profesor Óscar Ovidio Méndez”, cuenta.

Han pasado aproximadamente 30 años realizando la labor de entrenador, dirigiendo a equipos en las tres ligas profesionales del país. Además, tuvo a cargo algunos procesos juveniles de selección nacional, hasta contar con la oportunidad de llegar a la selección mayor, como asistente del argentino Carlos Cavagnaro  (2002-2005), posteriormente, quedó de manera interina en 2006, lo que considera “un sueño hecho realidad”.

¿Qué hace?

“Esta profesión es parte de mi vida (ser técnico). La verdad, la quiero, la respeto mucho y por eso continúo en ella”, expresa Miguel Ovando, quien actualmente analiza las posibilidades de dirigir en Segunda y Tercera división. El último equipo que dirigió fue al Toros F.C.

Ovando trata de mantenerse actualizado con todo lo relacionado a su deporte predilecto, para agrandar su experiencia como técnico de fútbol. Esta preparación abarca con dos capacitaciones: una para fútbol femenino, en Austin, Texas (2003), y la otra en Alemania (2005).

Pero no solo en el fútbol el profesor Ovando cosecha triunfos, pues recientemente inauguró un taller de mecánica automotriz: “Tengo un taller de enderezado y pintura, mecánica general, llamado ‘Taller Aguilar’. Está ubicado a la salida a San Salvador, costado oriente de Industrias la Constancia, en Usulután”, detalla, con lo que también cumple con unos objetivos personales.

Así mantiene el espíritu de lucha Miguel Ovando, quien para todos sigue siendo “la Peluda”, aunque ya tiene mucho tiempo que dejó ese estilo que lo identificó en el fútbol salvadoreño, al recortarse el bigote: “Ya tenía demasiado blanco”, confiesa entre sonrisas. No esperando que esto se convierta como la historia de “Sansón”.