Ir a los estadios, además de una tradición futbolera para alentar al equipo de sus amores, también significa para el hincha un ritual en el que nunca puede faltar la comida, ya sea un pan, un plato al pasar o un platillo de almuerzo o cena abundante.
EDHdeportes recorrió con sus fotoperiodistas todos los estadios de la Primera División del fútbol salvadoreño para conocer de primera mano que se come en cada uno de los escenarios de la categoría de privilegio y cómo prefieren alimentarse los hinchas de las distintas ciudades a la hora de ir a ver fútbol.
Así por, ejemplo, ya es tradición en el estadio Cuscatlán la “carnita” que se vende en los alrededores, la carne asada con escabeche que se puede buscar en el palco y los famosos “panes chorriados del Chele”.
También en capital, en el estadio Mágico González, cuando la UES juega de local, muchos disfrutan de una suculenta comida, a veces combinada con pollo.
En Opico, los panes abundantes también tienen su buena fama y los asistentes los reciben a través de una malla ciclón.
En Chalate es toda una tradición en “El Sombrero” comerse los plátanos con frijoles molidos. Muy recomendables.
En Pasaquina, lideran el ranking los panes con mortadela, donde también se consume dulce de bolsa con maní. Así como en Tecla, no falta el café.
Si hay algo que destaca a los aficionados migueleños cuando van a apoyar al Águila o al Dragón es que llevan sus pupusas al estadio con curtido y mayonesa en lugar de la salsa de tomate. Curiosamente, los panes gigantes con pollo no se ven mucho en el estadio Barraza.
Cada lugar con su tradición, en Sonsonate es ley la carne asada con agua de coco, en Santa Ana, pan chorriado con curtido picante. Y en Metapán, la yuca sancochada.
Cada uno con su costumbre y sus gustos, la comida nunca falta. Y le pone el toque de sabor al fútbol salvadoreño.