En la Zacamil, vivo en una multifamiliar, un apartamento pequeño que rentamos. Vivo con mis papás, de los que mi mamá es ama de casa y mi papá es el que nos ayuda en la casa, y trabaja toda la semana, solo descansa los domingos. Además, tengo mis dos hermanos, uno mayor y otro pequeño que también está yendo a Fundamadrid con solo seis años de edad. Yo tengo ya siete de estar en la Fundación, y ahora tengo 14, y juego como volante.
Estoy feliz porque fui el elegido para venir a Madrid, soy el único esta vez de ser de la Zacamin entre todos los que entrenan ahí en la sede. Fue gracias a Dios y a las notas que he podido sacar. Donde vivo, es una zona fea, algo peligrosa, pero yo no me meto con nadie y nadie me dice nada.
Me dedico solo a estudiar y a entrenar. Pasé a octavo grado y la materia que más me gusta es la de sociales, la que menos es matemáticas, porque este año que terminó la seño que tenía no explicaba muy bien y solo ejercicios nos ponía. Por eso me dejó de gustar, pero espero siempre aprender.
Así como en Fundamadrid, que me ha enseñado valores, a respetar y a jugar mejor al fútbol, entre otras cosas, aunque no quiera ser profesional del fútbol. Todavía no sé bien qué voy a estudiar en el bachillerato, pero sí algo que tiene que ver con computación, con animaciones. Y luego, me gustaría trabajar en cosas de internet, ser un “youtuber”.
Estar aquí es como un suelo el que estoy cumpliendo, por eso le diría a los otros de las demás sedes que le pongan ganas, que luchen por su sueño, no importa el que sea. Así como yo luché y logré el mío, así ellos también pueden.