Alianza superó con dificultad su serie de cuartos contra Chalate en una victoria épica. Aunque el presente es Águila en semis, a disputarse jueves y sábado, no se olvida en el equipo capitalino lo sufrido que fue clasificar.
El entrenador Rubén Alonso contó en Radio Monumental cómo vivió el último partido. “Si me lo preguntan, no dormí la noche del lunes, estuve viviendo ese partido en mi cabeza porque en el fútbol hay que aceptar los sin sabores, en la medida que pasaba el tiempo y nos cayó el segundo gol ví que se me moría el equipo pero tuve que gritar para despertarlos. Cuando llegó el minuto 70 le pedí un golito a Dios y me lo dio y después me regaló demasiado porque me dio el triunfo”.
Para el DT uruguayo el jugador albo debe tener sangre en las venas cuando su afición le transmite aliento. “Este equipo tiene que, si entienden el apoyo de la afición, se puede conseguir mucho. El que no se agranda positivamente, que le corra por las venas esa sangre el grito de la afición, no está para vestir esta camiseta”.
Final adelantada en semis
Enfrentar a los emplumados es lo que muchos pedían para una final pero el destino los cruzó en semifinales. Alonso coincide con ese pensar de la hinchada y jugadores. “Esta es la final adelantada del campeonato, muchas personas esperaban verlo en la final. Águila está en nuestro camino con la misma hambre, pero este triunfo contra Chalate le dio envión anímico a mi equipo, lo tenemos que agarrar del lado positivo después de habernos levantado de las cenizas”.
Sobre Águila dijo también: “Es un rival peligrosísimo, otro grande de nuestro fútbol pero el peor enemigo somos nosotros si no creemos”.