el uruguayo señaló que nunca dudo en la clasificación: “Yo confío en todos ellos, si hay honestidad. Nunca me di por vencido, ni perdiendo con Chalate, ni ahora contra Águila. Tengo una fe grande. Este triunfo se lo dedico a mi esposa, a mis hijos, mis nietos y a otros dos nietos postizos que tengo, que fueron a la iglesia solo a pedir porque clasificáramos a la final”, dijo.
Rubén Alonso acepta que “enfrente tendré a un gran rival”, pero también destaca que “Alianza es de finales y eso lo demostró en San Miguel”.
Para el entrenador sudamericano, alcanzar el titulo también es un reto personal, después de haber llegado a mediados del torneo anterior, al que no le alcanzó para clasificar a la siguiente fase.
“Este banquillo muchos lo quieren. Yo cedo mi lugar, sin consideran que mi trabajo no es bueno. Siempre hay quienes se están ofreciendo. Pero yo creo en mi y soy ganador. Tengo que demostrarlo ganando la final, para que Alonso y la mano de Dios pueda celebrar”, resaltó.