Si estás comenzando a usar la bicicleta o llevas poco tiempo haciéndolo, sigue estos consejos para evitar cometer errores que te puedan dejar fuera en un día de diversión sobre ruedas o en tu primera competición.
Lo primero
Antes de salir de nuestra casa es necesario verificar el estado de nuestros frenos, alineado de los rines y que nuestros neumáticos estén con el aire necesario, para sacar la mayor satisfacción en nuestro recorrido. No olvides llevar siempre contigo el casco.
Nuestra bicicleta debe ser de la talla adecuada -según nuestra estatura-, ya que el sillín debería poder llegar lo suficientemente arriba. Así cuando nos sentemos y pedaleemos, nuestras piernas se estirarán lo justo y podremos apoyar nuestros pies sobre los pedales. De esa forma evitaremos el inconveniente de estirarlos demasiado o que nuestras piernas se encojan excesivamente. Una señal de que tienes muy bajo el asiento es cuando tocas o rozas el manubrio con las rodillas.
En la bicicleta
Cuando ubiquemos nuestras manos sobre el manubrio, debemos usar los dedos índices para frenar y hacer los cambios en nuestra bicicleta. El resto nos ayudará a sujetarnos mejor del timón.
Los dolores y lesiones no son solo causados por una errónea configuración de nuestra bicicleta, sino también por otras cosas, así que toma nota.
Muchos de tus achaques y dolores en el cuerpo son causados por el apoyo insuficiente del músculo. En otras palabras, es posible que solo necesites más entrenamiento y acostumbrarte al ejercicio. Sin embargo, si sufres alguna lesión y te sigue doliendo después de algún tiempo, debes consultar siempre a tu médico.
Los dolores más frecuentes son los de rodilla, espalda, hombro, brazos y cuello. Y en la mayoría de los casos se dan por no tener el sumo cuidado de chequear y nivelar muy bien nuestra bicicleta, según nuestras necesidades.