¿Qué pasó con “Mon” Martínez?

Fue y seguirá siendo el más grande centrodelantero que tuvo el fútbol nacional. Jugó en ??guila, Alianza, Atlético Marte y en la Selección

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"Mon" Martínez (penúltimo en la fila) entona el himno nacional en el estadio Azteca. 

/ Foto Por Manuel Cañadas

Por Rafael Cárcamo | Twitter: @RafinhaEDH

2015-12-20 8:42:00

Pasan los años y Juan Ramón Martínez sigue siendo el más grande centrodelantero que ha producido el fútbol salvadoreño.

Un futbolista que comenzó su carrera como impetuoso hombre de área para después experimentar la metamorfosis de tirarse atrás a la media punta, derivando en un talentoso número 10. 

Más allá de su gran clase futbolística, su cabeceo y a los cañones que tenía en ambas piernas, había desarrollado en alto grado la capacidad de concentración y su definición frente al arco era tan rápida que muchas veces ni él mismo se daba cuenta de lo que hacía. Además fue infalible ejecutor de penales, pues le pegaba tan fuerte a la pelota que a los arqueros no les dejaba opción de reaccionar.

Surgió de los torneos de baby fútbol que introdujo en el país el grandioso entrenador argentino Gregorio Bundio y que se organizaron en San Miguel a finales de la década de los 50 en la cancha de baloncesto del Club Deportivo Águila. 

Ahí se dio a conocer y dio mucho qué hablar como goleador implacable, para después con su adolescencia ser incorporado al equipo emplumado, donde pronto llegó a ganarse un lugar en el equipo y escribir su nombre con letras doradas. Era ya toda una estrella. 

Los aficionados lo recuerdan integrando al Águila de Juan Francisco “Cariota” Barraza, Raúl “Pucul” Bonilla, Lolo Milla, Rudy Sobalbarro, los costarricenses Álvaro Cascante y Walter Pearson, el brasileño Zózimo y luego en la Selección Nacional que haría la gloriosa escalada a las Olimpiadas de México 68 y al Mundial de 1970.

En la ruta a esos Juegos Olímpicos, Mon Martínez se estaba consolidando, pero para el Mundial fue determinante. Es que ningún acontecimiento deportivo de la historia de nuestro país ha causado tanto entusiasmo y unión como cuando clasificamos a México 1970; era la primera vez que un país centroamericano estaría entre los mejores 16 del mundo de este deporte.

Solo entre grandes

Su inagotable calidad futbolística la desplegó en grandes equipos del fútbol nacional como Águila, Alianza, Atlético Marte y Once Municipal, alcanzando un título con los migueleños, así como también tuvo una notable intervención con la Selección Nacional Mayor.   

Alcanzó la cima de la popularidad, era un héroe nacional y no solamente por sus goles, sino por obra y gracia de la guerra contra Honduras.

Con patética brusquedad cambió su existencia y comenzó a vivir una vida para la que no estaba preparado. Su existencia sencilla de muchacho provinciano cambió radicalmente y se volvió una celebridad. Fue asediado por periodistas nacionales y extranjeros que venían exclusivamente a entrevistarlo.

Y Mon era de los que no se negaban. Fue agasajado en todos lados, contratado para recomendar productos comerciales, abordado por gente humilde y por intelectuales que tocaban tópicos que no le interesaban y lo aturdían con preguntas que lo dejaban confuso.

Entonces comenzó a vivir su propia vida, a disfrutar la gloria a su manera, si él tenía, sus amigos tenían. Fue cuando descubrió lo que tantos antes lo habían hecho, que muchas veces hay más excitación, más placer en intentar algo que en conseguirlo. 

En 1971 se vino a la capital para hacer campeón al Juventud Olímpica que apadrinaba el dirigente Víctor Safie hijo. El entrenador Mario Rey lo tiró atrás y aquella impetuosidad derivó en una clase futbolera impresionante, con cambios de juego de 30 y 40 metros, con pases exactos al vacío, siempre con sus disparos de larga distancia. 

Fueron sus compañeros Francisco Manuel Zaldaña, Tomás “Flaco” Pineda, Mario Hugo “Zurdo” Méndez, Óscar “Mico” Morales, Luis César Condomí, Rey Cabrera, Moisés “Pechemono” González, Hugo Luis Lencina, Miguel “Chaflán” Barahona, Guillermo “Lobito” Fisher, Ricardo “Gambeta” Sosa. 

Luego jugó en el Municipal de Guatemala, en el Tigers de Indiana, Estados Unidos, Alianza, Once Municipal y en el Atlético Marte. En 1982 se retiró silenciosamente y fue técnico auxiliar en el equipo marciano.

¿Qué hace?

Tras retirarse del fútbol en 1982, Mon Martínez, de repente un día armó sus maletas y se fue a vivir a la ciudad de San Francisco, California, Estados Unidos, donde se dedicó a trabajar como obrero. Con los años y en torno a su partida se han tejido muchas leyendas; que no quiere saber nada de nuestro fútbol y que reside en San Diego. Dondequiera que esté, nuestro fútbol le debe tanto al Coloso Oriental y debería cancelar esa enorme deuda, antes que sea demasiado tarde.

Lo cierto es que en el presente, quien fuera un formidable centrodelantero en el balompié nacional y guatemalteco, hace unos cuantos años retornó al país con  la intención de volver a radicarse en su natal San Miguel, pero por una u otra razón ya no pudo adaptarse y terminó volviendo a territorio estadounidense y vive con su hijo y nietos en la ciudad de San Diego.

En efecto, Juan Ramón, por las razones que solo él conoce, se encuentra totalmente alejado del balompié nacional, ese que le permitió disfrutar años atrás del cariño inagotable de la afición migueleña, capitalina, de Ahuachapán y Chalchuapa y desde luego de la Selección Nacional, con el equipo de todos los salvadoreños, con el cual escribió su página más gloriosa al lograr la clasificación para el Mundial de México, en 1970.