Tener nuestra bicicleta en óptimas condiciones implica que siempre trataremos de mantenerla bien, ya que –quiérase o no- es como otro vehículo, solo que ecológico, que nos ayuda a nuestra salud y da un mejor rendimiento en nuestro cuerpo.
Además, cuando conoces mejor tu bicicleta, puedes ahorrar mucho dinero y sabes muy bien qué es lo que necesitas cambiar o reparar.
Esto te evitará grandes dolores de cabeza, como los siguientes:
1. Que el poste de tu sillín se vaya a pegar
En caso se haya quedado atascado, usa 3M o aceite WD40. Para lograr sacarlo, puedes utilizar trapos con jabón o detergente. Una vez haya salido el sillín, limpia muy bien ambos tubos y usa grasa en los interiores.
Una vez hecho esto, lo puedes colocar nuevamente y ajustarlo. No olvides que el sillín siempre se deberá de poner a una altura de tal forma que nuestras piernas sean lo suficientemente flexibles y que nuestros pies puedan tocar los pedales.
2. La cadena acumula suciedad
Si se diera el caso, procura usar aceite y dos cepillos de dientes, los cuales te servirán para limpiar los eslabones de la cadena por ambos lados. Podemos también usar diésel. Quita el exceso de aceite o diésel con un trapo, después de la primera aplicación.
Importante: es muy recomendable el uso de unas gotas de aceite en los canales de nuestra cadena, para una mejor lubricación y para que los eslabones puedan deslizarse sin ningún problema.
3. Los cambios se endurecen
Si tu bicicleta tiene cambios, deberás lavarla constantemente y realizar cotidianamente el paso anterior. ¿Por qué debes hacerlo? Porque la cadena, al acumular suciedad, hace que los cambios se vuelvan duros.
Cuidando estos pequeños detalles podrás mejorar el rendimiento de tu bicicleta.
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