Al estilo pirata, con el cuchillo entre los dientes y al abordaje en cada pelota. La Selección puso corazón en Curazao, dejó el pellejo en el pasto sintético del Ergilio Hato y al final se llevó un enorme tesoro en el Caribe: victoria de 1-0 con gol de Álex Larín al 12?, un triunfo que debería allanar el camino a la próxima ronda de esta eliminatoria de Concacaf hacia Rusia 2018, aunque falta terminar el trabajo el martes, en el Coloso de Monserrat.
El estadio curazoleño no fue una olla de presión por parte de la afición; el clima caliente que se esperaba no lo fue tanto, amainado por un fuerte viento de este a oeste en el lugar; y el nivel de la selección local, aderezada con jugadores que militan en Europa, no hizo mucha mella en el ordenado planteamiento de 4-4-1-1 que hizo “Zarco” Rodríguez, que salió “vivo” en su debut de fuego como técnico interino de la Selección Mayor.
Rodríguez le apostó a una base de jugadores que militan en la Liga Mayor. Hernández era anunciado en la meta; luego, línea de cuatro con García-Barrios-Mendoza y el debutante Cornejo; Renderos y Cerén en la contención; Larín y Flores por los extremos; Sosa como enganche y arriba, otro debutante: “Puma” Peña.
Al otro lado, el ex mundialista Patrick Kluivert, que hace sus primeras armas como entrenador de una selección, sacó un 3-5-2 que debía ser agresivo, pero se diluyó ante un juego que fue trabado, de mucho roce físico, con acciones al límite del reglamento pero en su mayoría nobles por parte de ambos… aunque los hinchas curazoleños gritaban “¿han venido a jugar fútbol, o fútbol americano?”, “¡dejen de pegar, no son boxeadores, jueguen pelota!”.
Curazao es una selección con mucho potencial, con futbolistas que realmente juegan en ligas de otro nivel respecto a los salvadoreños. Pero esa diferencia no se vio en la cancha.
Aunque El Salvador inició nervioso, con una pérdida de pelota que terminó en un centro venenoso de Van Kessel y luego una pérdida de pelota de Cerén, luego la Selecta se rearmó y pegó rápido, al minuto 12. Fue un hermoso pase de Peña, entre líneas, para “Cacho” Larín, que la definió con exquisitez ante el achique del arquero y corrió al córner para festejar con sus manos al cielo.
Dos minutos después, vino una jugada que cambiaría el partido: Nepomuceno se ganó amarilla por una entrada fuerte sobre Cerén, y el capitán de la Selecta salió lesionado. En su lugar Rodríguez le apostó a otro joven, Narciso Orellana, que se reventó para agradecer la confianza. Pero la ausencia de Cerén pesó, y bastante, en la búsqueda de equilibrio en la media.
Desde ahí hasta el final del primer tiempo, el problema para El Salvador siguió llamándose Gevaro Nepomuceno. Inquieto, vertical y desequilibrante, cambiaba de banda y siempre hacía daño: al 26?, obligó a una gran tapada de Hernández, que salvó al córner; y al 40? sacó un centro para que Mailens le pegara cruzado, pero justo a las manos de Henry.
Ya “Zarco” se había acercado en dos ocasiones a Larín para pedirle calma. No es que Curazao estuviera dominando el juego, pero inquietaba. “¡Dejate de caer, juega fútbol, tú, 16!”, le gritaban a Sosa, antes de finalizar la primera etapa.
El juego ríspido siguió en el complemento. Rodríguez sacó a Cornejo del partido, puso a Larín de lateral izquierdo y pasó al extremo de ese lado a Álvarez, aunque luego el ex Videoton se paró en toda la franja ofensiva para hacer daño. Hizo un centro en el que parecieron cometer penal sobre “Ruso” Flores al 51?, y también hizo su famosa diagonal de derecha a izquierda en dos ocasiones, pero no hubo otro gol.
A partir del 53?, Curazao tomó la pelota y El Salvador pareció dar un paso atrás. No se sufría, pero tampoco había tranquilidad, porque el rival estaba a tiro de empate y asediaba de a poco y más. Entró Jaime Alas para sostener la bola, pero se dedicó más a defender.
Al 75?, ya era un ataque contra defensa contragolpeadora, una fórmula con la que la Selecta casi encuentra el 2-0 al 83?, pero la triangulación Álvarez-Flores-Peña no terminó en gol porque el ariete no le llegó a un centro por centímetros.
Fueron cinco minutos de reposición. Para sufrir. Y al final, para creer. Los casi 30 aficionados salvadoreños que estuvieron en el juego gritaron “¡El Salvador, El Salvador!” con dignidad y orgullo: la Selecta vuelve con un tesoro del Caribe. Falta abrir el cofre el martes 8 de septiembre en el estadio Cuscatlán.
CURAZAO: Room, Mulder, C. Martina, Lachman, Q. Martinus, De Nooijer, B. Mertens
Agustien, Van Kessel, M. Maria, G. Nepomuceno.
EL SALVADOR: Hernández; García, Mendoza, Barrios y Cornejo; Cerén, Renderos, Flores, Sosa y Larín; Peña.