El clásico nacional no llegaba con el condimento de otras ocasiones, pero la rivalidad sigue existiendo. En juego estaba nada menos que el
liderato ya que ambos salían con 15 puntos en la tabla, aunque FAS con dos juegos menos.
El FAS llegaba con una racha de cinco victorias seguidas, y que mejor ocasión para prolongarla que en el clásico.
Pero salió con dudas el local, mientras que Águila parecía estar en casa. Lanzado al ataque desde los primeros minutos, apenas sobre el 2’ tuvo que intervenir el arquero tigrillo Luis Contreras. Fue tras un rechace corto que le quedó un balón dentro del área a Santos Ortiz. El
volante de Águila no se lo pensó mucho y sacó un potente remate que desvió con las “uñas” el “Motor” Contreras.
El cuadro oriental encimaba, y jugaba con las líneas muy adelantadas. Deris, por izquierda; Ibsen por derecha. Se quedaba apenas con dos
defensas, los centrales, más el contención Romero que hacía la doble función de darle salida al equipo.
Pero se le acabó rápido el dominio al Águila porque apenas sobre el 7’, en la primera llegada clara de FAS, cayó el gol. En un balón profundo, Rafa Burgos entró por el costado izquierdo y sacó un tiro suave y cruzado con la zurda, fácil para el arquero, que se recostó para capturar el balón, pero no lo pudo controlar.
Lo dejó servido y apareció Walter “Peri” Martínez para mandarla al fondo. En la acción, el veterano hondureño se lesionó. Intentó seguir en el
juego, pero no pudo, y tuvo que dar paso a José Peña. Con el gol en contra, Águila no se vino abajo. Siguió llegando. El partido era de ida y vuelta, ya más parejo, con pocas ocasiones, pero buen ritmo, agradable.
Al 16’, en un tiro de esquina tuvo el empate Jimmy Valoyes, pero su cabezazo hacia abajo llegó fácil a las manos de Contreras. Y al 19’, tras un rechazo de García, probó de larga distancia Ortiz, uno de los más inquietos por Águila, pero sin puntería. La dejó en oriente.
Al 25’, fue Isidro Gutiérrez quien sacó un tiro cruzado pero de nuevo fácil para el meta, tras recibir una gran pared de Contreras. Y tres
minutos después, en un centro de Romero, se lo perdió Valdez al cabecear en solitario pero desviado.
En una contra, al 32’, Águila generó una de las mejores, pero en el centro de Isidro no logró llegar a conectar Irving, que cerraba de
frente al arco con la marca de Mendoza encima. Tras ello, el juego cayó, hubo muchas faltas, el réferi tuvo que empezar a amonestar y se diluyó el tiempo.
El complemento
En el arranque del segundo tiempo, de nuevo fue Águila el que salió mejor parado, con ansias, empujando, pero otra vez un error en la
marca y un acierto arriba de FAS significó otro gol tempranero.
Era el 56’ cuando en el cobro de un tiro libre, Néstor Renderos firmó con la testa el segundo para los tigrillos, que ahora podrían trabajar
más cómodos aún y manejar mejor los tiempos. Sin embargo, las imprecisiones afloraban en el conjunto tigrillo, y Águila comenzó a
llegar por las bandas mucho más.
Águila no había hecho mal partido. Incluso dominó por buenos tramos, pero sus errores le estaban condenando. Cerca estuvo FAS del tercero
sobre el 70’, cuando, de nuevo tras un cobro a balón parado, llegó un centro al corazón del área. Salió el meta Coreas a “pasear” y José
Peña le ganó al central, pero su cabezazo se fue desviado.
Y poco después, fue el poste el que “salvó” a los negronaranja, cuando en una contra y pase filtrado de Peña, “Café” Mendoza sacó un remate raso y cruzado ante la salida estéril del arquero.
Se le acabaron las ideas a Águila, pero sobre todo las esperanzas. Se fue desmoronando el equipo y ya no llegaba con peligro. En cambio, FAS llegaba poco pero con gran sensación de gol. Al 81’, un remate de Peña se fue apenas abierto de la cabaña de Coreas.
Entonces, apareció el eterno Williams Reyes. En un cobro de falta, les ganó a todos la espalda y cabeceó fuerte, a placer, a un metro del
arquero (quizás pudo salir a cortar), para ponerle emoción al cierre del clásico. El partido se acababa, y el clásico parecía para FAS, pero un penal de Mejía (vio roja por acumulación de tarjetas) le servía en bandeja el empate a Águila. Pero Luis Contreras le tapó el cobro a Nicolás Muñoz, y luego se lució al parar un cabezazo casi en la línea, tras un tiro de esquina.
El clásico, con drama sobre el cierre, fue de FAS, gracias a Contreras.