Tarde como siempre

Este lunes comienza el trabajo de la Azul bajo la dirección de Ramón Maradiaga y Gilberto Yerwood. Que el dios del fútbol los ilumine

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Foto Por edhdep

Por Manuel Cañadas | Twitter: @Memecanadas

2015-10-04 5:20:00

Inicia el trabajo de la selección nacional con miras a la cuarta ronda eliminatoria mundialista de donde saldrán dos clasificados para la hexagonal final. México, Honduras y Canadá se presentan en el camino y la afición espera un milagro de la mano de Ramón Primitivo Maradiaga. Y no podría llamársele de otra forma, dada las improvisaciones y la manera tan irresponsable como se han manejado las cosas.

Hemos llegado hasta acá no por nuestras capacidades sino por las limitaciones de los rivales, que siendo tan acentuadas, les alcanzó para complicarnos. Pero dichosamente, el escaso aporte de los muchachos, alcanzó para entusiasmar a una afición que se les entrega de manera incondicional. Sabemos que en estas instancias no solamente nos jugamos la clasificación rumbo a la hexagonal premundialista, sino el interés o el desinterés de la afición nacional en los próximos meses o años, por todo aquello que tenga olor a nuestro fútbol profesional.

Siempre que hemos quedado en el camino, ha llegado la apatía de la afición y si a eso le agregamos el papel vergonzoso que hacen nuestros equipos en la Concachampions es como para irse a esconder.

Los dirigentes de la Liga Mayor saben que si quedamos fuera, la competencia local seguirá siendo cita para unos cuantos, que la poca afición va a desertar de los estadios. Un fenómeno que se da cada cuatro años y por más que se ha instado, la clientela se ha vuelto reacia. De ahí que los equipos deben poner sus jugadores al servicio del equipo nacional, lo cual sería una medida atinada y recomendable. La dirigencia de los equipos debe entender que de una buena participación de la Selecta depende el estado del fútbol nacional.

En todo caso y aunque como siempre en contra del tiempo, el técnico Maradiaga deberá tener las facilidades para hacer los afinamientos necesarios. Hay que trabajar intensamente en las jugadas preconcebidas, en unificar criterios, en preparar las diversas funciones que debe cumplir cada jugador, fortalecer su mentalidad y analizar el funcionamiento de los rivales.

Ahora es el momento en que se debe reiterar un llamamiento que siempre ha estado vigente desde que los intereses de grupo han primado antes que los generales: que se deben concentrar esfuerzos para ayudarle a nuestro representativo.

El clamor es general porque las acciones de la Azul significan mucho para el país y nos reafirman ante el mundo como una nación existente, de tal manera que los afanes y la atención deben ser prioritarios para nuestro equipo ya que vamos a una cita crucial. Uno de los inveterados problemas que siempre ha padecido el fútbol salvadoreño han sido las relaciones entre la FESFUT y la Liga, esa pugna no tendría que existir si se le pusiera coherencia, buena voluntad y se dejara de anteponer los beneficios particulares por los generales.

Habría que ponerle lógica y sentido común al asunto, ya que ambas dirigencias defienden sus bienes a como dé lugar, porque sus estatutos no caminan a la par; alguien pues, debería tomar la iniciativa para iluminar el camino para ensamblarlos y coordinarlos. Eso además de importante es necesario porque dichas instituciones son como dos rieles de un solo tren, ya que separados nunca vamos a llegar lejos.

Estamos en el momento en que la Selecta debe tener un carácter prioritario y hay que apoyar una dirección técnica para que tenga credibilidad, jerarquía y ascendencia sobre los jugadores, lo cual se logra mediante la convivencia, el trabajo repetitivo en la cancha hasta la saciedad y la plena conciencia en los jugadores, de que el técnico que tienen enfrente es el apropiado y que los va a llevar por un buen camino.

Estamos en una encrucijada y la competencia está a la vuelta de la esquina, el tiempo es nuestro peor enemigo pero confiamos en que los diversos estamentos de nuestro fútbol, va a tomar las cosas de una forma madura, conjunta, sin perder el objetivo que a la postre es el que podría ayudarnos a revivir este alicaído fútbol.