Con el aval de haber clasificado a seis copas del mundo en categorías juveniles; de haber descubierto e impulsado el inicio de las carreras de los James Rodríguez, Radamel Falco y Pablo Armero (entre otros); con el acierto de haber ganado dos veces el exigente Torneo Esperanzas de Touloun, en Francia… esos y más atestados trae bajo el brazo el colombiano Eduardo Lara, elegido por la Fesfut para ingresar a un terreno virgen en nuestro deporte y conquistarlo:será el coordinador de selecciones juveniles.
Tengo lustros (como periodista) y décadas (como hincha) de esperar algo así. De ver una decisión distinta por parte de las autoridades de nuestro fútbol. En teoría, Lara será el encargado de darle una lógica a nuestras selecciones menores; organizará junto a los “Kiko” Henríquez, Ramón Sánchez y otros profesionales una forma de jugar para El Salvador, desde la Sub 15 hasta la Sub 23, y con proyección hacia el combinado mayor, que ahora tiene “el Primi” Maradiaga.
Será Lara, con credenciales conocidas y exitosas en el balompié cafetero, el encargado de ordenar nuestros cimientos futboleros para que en unos años, con el apoyo necesario y el trabajo constante, podamos cosechar los frutos. Y entendamos:esos frutos no serán racimos de mundiales a manos llenas solo por que sí, o de repente; eso vendrá más adelante.
En lo personal, me habría gustado más ver a técnicos con el perfil de “Zarco” Rodríguez o Hugo Pérez en esta función. Pero la Fesfut escogió a Lara y hay que apoyar: están haciendo, al fin, algo distinto. Aplausos a las empresas-personas que apadrinan su traída. No desmayen y tengan paciencia. La cosecha vendrá.