No importaron las más de siete horas de viaje por tierra que realizaron los Bichos Unidos para reunirse con la Barra 503 y fusionarse para hinchar por la Selecta en el BBVA Compass Stadium, de Houston.
No hubo cansancio para niños y adultos envueltos en los colores de la bandera nacional, quienes volvieron a demostrar que la representación salvadoreña, juegue donde juegue en Estados Unidos sigue siendo local.
En julio anterior, en plena Copa Oro, el escenario de Houston se convirtió en la sede que conmovió al entonar el himno nacional, y en esta ocasión no defraudó y aunque la convocatoria fue menor, el sentimiento fue el mismo.
Originarios de casi todos los departamentos del país recrearon una fiesta al ritmo de cumbia en el estacionamiento del estadio, misma que llevaron a las gradas.
Aficionados de Águila, FAS, Alianza, Firpo y otros equipos nacionales aprovecharon la ocasión para mostrar con orgullo sus colores.
Familias enteras, como los hermanos Méndez, acompañados de su padre, originarios de San Salvador complementaron de azul el fondo azul del escenario de Dynamo de la MLS, que albergó cerca de 15 mil aficionados.
Entre los aficionados destacó un pequeño enmascarado de cinco años, José Ángel, quien desde temprana edad va transpirando la pasión por una selección que los hace soñar aunque la alegría casi siempre sea pasajera. Pero en esta ocasión se fueron con una sonrisa porque en cada partido, miles pueden sentirse, los más fieles del mundo, gritando en un Cuscatlán imaginario.