Un comienzo distinto

El camino es largo y ese debe ser el objetivo: un buen recorrido. Lara quiere repetir lo que hizo en Colombia

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Eduardo Lara en entrenamiento con la selección colombiana. Foto EDH

Por Fernando Palomo | Twitter: @Palomo_ESPN

2015-10-11 8:07:00

“En mi habitación tengo el documento. Lo vamos a hacer funcionar”. El documento al que hacía referencia hace un año el presidente de la Federación de Fútbol, don Jorge Rajo, era el convenio para la implementación del “Proyecto Azul”. La selección estaba en New Jersey preparándose para enfrentar en amistoso al combinado colombiano. Rajo esperaba por la firma del acuerdo con el que esperaba darle sentido y estructura al rescate del fútbol salvadoreño. 

El “Proyecto Azul” comenzó su andadura con la evaluación de los campos de fútbol de la Primera División. El resultado era previsible y evidente: los campos de la máxima categoría son de la peor calidad posible. Las recomendaciones aún aguardan ejecución. Uno de los grandes objetivos del Proyecto era la organización de la estructura de selecciones nacionales. El cargo tendría la responsabilidad de construir el andamiaje que sostenga el crecimiento ordenado de los mejores talentos nacionales. 

El proceso de búsqueda llegaría a uno de los mejores formadores de talento del fútbol sudamericano. Seguramente, uno de los mejores que ha tenido Colombia en su historia. La selección que llegó a cuartos de final del último Mundial fue formada por Eduardo Lara. Ese documento que Jorge Rajo estudiaba en octubre de 2014 ha cumplido con uno de los objetivos más importantes. La siguiente página corresponde al trabajo del profesor Lara y al compromiso de los dirigentes para proveer recursos. 

El camino es largo y ese debe ser el objetivo: un buen recorrido. Lara quiere repetir lo que hizo en Colombia. La generación que ahora compite con la selección mayor de ese país fue producto de su trabajo. Recorrer todas las canchas del fútbol nacional, en todas las categorías, identificar talento, reunirlo para trabajar juntos y con tiempo, competir juntos para desarrollar un equipo. Ese trabajo fue realizado en varias categorías. 

No será fácil y mucho menos a bajo costo. La inversión es grande en todo sentido. Encontrará varios obstáculos, como la escasa formación atlética del jugador salvadoreño, las pobres condiciones de los campos, la reducida visión de la gran mayoría de dirigentes. En general, un ambiente mediocre. Lo que resulta después de nunca haber hecho bien las cosas. Lara llega como el más interesante de los intentos por cambiar esa realidad. La misma ha tenido al fútbol salvadoreño deambulando en la insignificancia. Se ha hecho algo distinto para buscar resultados distintos. A Lara habrá que darle dos cosas: tiempo y recursos.