La firma alemana de autos más conocida del mundo, Volkswagen, ha dado el mayor frenazo de su historia. Un escándalo de consecuencias legales en Estados Unidos, derivado de la manipulación, vía software, para superar niveles de emisiones contaminantes, los ha llevado del sueño de volver a las pistas de Fórmula 1 a una carretera empedrada.
Según lo admitió en EE.UU., donde es procesada, la firma alemana instaló un software que ofrecía información falsa sobre las emisiones contaminantes en 11 millones de vehículos diésel. Este polémico caso ha hecho tambalear al gigante automotriz, que aceptó haber mentido en las pruebas que se llevan a cabo en Estados Unidos.
Las consecuencias suman a diario: VW anunció que en enero de 2016 empezará a retirar los vehículos afectados por el escándalo y la Fiscalía alemana ha ordenado registros en varias sedes de Volkswagen, entre ellas la central en Wolfsburgo, y en domicilios de trabajadores del grupo para recabar información que permita identificar a las personas implicadas en el trucaje de los motores diésel.
Hace un par de semanas, la firma del orgullo teutón debió sustituir a su director general, Martin Winterkorn para tratar de contener la avalancha de desprestigio, de caída de acciones, ventas, de falta de credibilidad. A su puesto ha llegado el jefe de Porsche, Matthias Mueller.
Winterkorn, que era director general desde 2007, dijo que asumía la responsabilidad por las “irregularidades” que detectaron los inspectores estadounidenses en los motores diesel de VW, pero insistió en que nivel personal él no había hecho nada incorrecto.
Mueller, le ha dicho al diario alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung, que sólo unos pocos empleados están involucrados en el escándalo.
Bola de nieve…
En Estados Unidos, los registros de autos alterados suman unos 482,000, según las autoridades federales.
En Reino Unido, se estima que más de un millón de vehículos estarían afectados, mientras que en otros países europeos, como Francia e Italia, se han abierto investigaciones sobre el fraude en la pruebas sobre gases contaminantes.
La compañía ha cancelado la venta de 4.000 vehículos en Reino Unido, pues la compañía teme que dichos automóviles estén equipados con el dispositivo fraudulento.
La medida incluye vehículos en una amplia gama de marcas de Volkswagen como Audi, Skoda y Seat.