Cada vez que da inicio un torneo o una competencia deportiva en la que participa El Salvador aflora el sentimiento azul antes que nada.
Quedan de lado -ojo, momentáneamente-, trabas, complicaciones, cortocircuitos y demás negligencias para que el país deportivo se una en ilusión y esperanza. Esto no significa olvidar todos los desórdenes; sí implica apoyo a los deportistas.
Esta semana inician dos competencias de suma trascendencia para el deporte salvadoreño. El fútbol estará representado por la Selecta en la Copa Oro; y el deporte olímpico vibrará por los 52 atletas de alto rendimiento que estarán compitiendo desde el viernes en los Juegos Panamericanos de Toronto 2015.
Para el fútbol la misión será complicada. El grupo B que comparte con Canadá, Costa Rica y Jamaica no será nada fácil. Por el contrario, la suerte no estuvo de este lado en el sorteo. El Salvador estará obligado a ganar el partido de este miércoles ante los norteamericanos, el único rival con el que puede pelear de igual a igual en el campo de juego. Con los caribeños y ticos, hay que decirlo, hoy está en inferioridad de condiciones tanto a nivel individual como colectivo. Claro, siempre en los papeles… A veces, en el campo, no resultan tan lineales los favoritismos.
Con el técnico Roca en “evaluación” -desafortunadas declaraciones de los directivos antes del torneo- también esta Copa significará una presión extra para el seleccionador catalán cuya continuidad será puesta en tela de juicio si no se pasa la primera ronda.
La Selecta contará con el inestimable apoyo de “los hermanos lejanos”, verdaderos hermanos cercanos de la Selecta. Están siempre: en las buenas, en las malas, en las intermedias. Para ellos, como para los jugadores, es tiempo de limpiar definitivamente el fantasma de los partidos arreglados y dar la bienvenida a una nueva generación.
En Toronto 2015, la participación salvadoreña tendrá dos puntos altos a seguir. El karateca Jorge Merino y el pesista Julio Salamanca son las principales opciones a medalla según el informe presentado por Felipe Flores, el gerente de operaciones deportivas del Comité Olímpico. Y también a seguir el rendimiento del tiro femenino, con Ana Ramírez, Lilian Castro y Johana Pineda a la cabeza, y el promisorio nadador Marcelo Acosta, que ya sabe lo que es ganar medallas en exigentes competencias internacionales.
A la espera de alegrías, a vestirse de azul y apoyar a los deportistas. Después será el tiempo de corregir, ajustar. Y de una vez por todas, de mejorar el deporte de este país.