Para todo salvadoreño en Los Ángeles, cada ocasión que juega la Selecta es oportunidad de armar “jelengue”, de hacer fiesta, y nadie como unos salvadoreños enfiestados para poner ambiente.
Cerca de cuatro horas antes del partido de los nuestros ante Canadá, los costarricenses que jugaban antes contra Jamaica eran mayoría, pero fue en cuestión de minutos que esa ilusión se borró al sonido de los tambores que anunciaban que llegaba una barra a hinchar por los colores salvadoreños.
La barra organizada en Los Ángeles, la Afición Cuscatleca se convirtió en el espectáculo previo a los partidos. Fuera del StubHub Center, la oleada blanquiazul se fue llenando de curiosos que llegaban a tomarse una foto o grabar el apasionante clima al alentar a la Selecta que aún estaba en el hotel de la concentración.
Ya en la cancha, y con el himno nacional cantado a todo pulmón, la ola era un tzunami en las tribunas, un canto unido que sufrió y rogó por la Selecta, siempre rogando, pidiendo un poco de retribución de los jugadores en la cancha y esperando siempre tiempos mejores para el fútbol salvadoreño. Los que nunca fallan, siguen soñando con la camiseta puesta.