Oro, plata o bronce. O primero, segundo y tercer lugar. Los colores de las medallas distinguen en una competencia a un ganador y también a los que acompañan al campeón al podio.
Pero detrás de las medallas siempre hay historias. Unas, las de cada atleta que sube al podio.
En esta caso, esta la historia detrás de las medallas que se reparten a los ganadores en los Juegos Panamericanos Toronto 2015.
El metal con que han sido elaboradas las medallas fue proporcionado por la multinacional minera más grande del mundo, Barrick Gold Corporation, la cual se dedica a la extracción de oro, en Chile, Australia, Papua Nueva Guinea, Perú, Canadá, entre otros países, y tiene su sede en Toronto. No había que ir a otro lado para premiar a los mejores.
La Real Casa de la Moneda de Canadá produjo las medallas que fueron diseñadas por un equipo encabezado por la artista visual Christi Belcourt, quien además es contadora de cuentos, según el sitio oficial toronto2015.org. En la Real Casa de la Moneda se acuñan una buena cantidad de monedas de las que utilizan diversos países. Las extintas monedas de Colón en El Salvador, venían de ahí.
“El proceso creativo derivó en una textura de elementos divertidos, atractivos y auténticos que se combinan para dar la bienvenida al mundo a la ciudad más multicultural y a una celebración animada por el deporte…¡Unidos jugamos!”.
La medalla de bronce que este domingo ganó la salvadoreña Lilian Castro (Pistola de aire 10 m) tiene tres formas irregulares superpuestas en el frente, cada una representa a Norteamérica, América Central y el Caribe y Sudamérica.
Otro detalle está plasmado en las tres capas en relieve del frente de la medalla: asemejan el podio donde solo suben los mejores.
Según la creadora del diseño, “en el reverso de las medallas, las figuras están hundidas dando un acabado más suave y una presentación más formal. Estas formas simples y curvas están inspiradas en el logo de Toronto 2015, que refleja el nombre de la ciudad y su carácter amistoso y accesible”.
Según la página oficial de los juegos, “el arte de Belcourt ilustra el agua que fluye, la que muchos pueblos indígenas consideran como la sangre que da vida a la Tierra”, y ello representa los rios, lagos y mares que surcan o rodean a los países de todos los participantes.