Hay casi tres millones de salvadoreños viviendo fuera de sus frontera, en Estados Unidos la mayoría, y más de 100 mil en Canadá. Lo demostraron en el partido de ayer que la Selecta perdió 1-0 ante Jamaica.
El calor que esta gente le brinda a la Azul es incomparable, lastimosamente les volvió a tocar perder. Sin embargo, eso no baja los ánimos de esos salvadoreños que esperaron muchos años para ver al equipo en Toronto.
Un gran ambiente de fiesta el que se vivió desde más de tres horas antes del inicio del juego. Ninguno de ellos quería escapara a las fotos que toman los medios de comunicación destacados en la Copa Oro, porque saben que hoy las verán sus familiares en el periódico o en la web de EDH Deportes.
Además, se podía aprovechar el espacio que brindan los Juegos de Toronto 2015, que cuenta con el Centro Deportivo Panamericano a un costado. Todo se volvió fiesta en una ciudad que está llena de colores en esotos días por sus eventos deportivos y porque es primavera. La caída total del sol a eso de las 10:00 p.m. es cómplice de esa fiesta que se extiende hasta altas horas.
Cuscatlecos de Cabañas, San Miguel, La Unión y de otras partes de El Salvador, estuvieron en el BMO Field, casa del Toronto FC de la MLS, pero otra vez se quedaron con esa espinita de no poder ver a la Selecta triunfando y clasificando directo a la siguiente fase de Copa Oro.
Y sin embargo, las camisas azules y blancas fueron mayoría, luego llegó el anfitrión a jugar a su cancha y se invirtieron los papeles. Pero se destaca ese don único con el que cuenta el salvadoreño.
De nueva cuenta la afición nacional se lleva las palmas, se merecen una garganta nueva porque la dejaron en la cancha.