Cinco legados de la era Roca

¿Qué deja el técnico tras 14 meses al frente de la Selección?

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Roca llegó a su cargo como DT de la Selecta en mayo de 2014. 

/ Foto Por edhdep

Por Carlos Vides | Twitter: @Celvides

2015-07-19 9:12:00

Como guiado por su apellido, Roca fue esa piedra incómoda en los zapatos de muchos dirigentes. Insistente y directo, lo dijo desde el primer día: las canchas donde se practica fútbol en nuestro país son deplorables, y si no las mejoramos, nuestro fútbol tampoco lo hará. Los días pasaron y la piedra seguía molestando.

No es solo mérito suyo, pero al final hay varios proyectos en esa dirección: la renovada cancha de la UES, el anuncio gubernamental de las próximas mejoras al Barraza y al Quiteño, trabajarán en el Cuscatlán…

Otro positivo que deja Roca es que logró “limpiar” a la Selección de la mancha de los amaños. Vimos renovación y a una generación joven, comprometida con dejar atrás esa pesadilla asquerosa. Seamos honestos: ¿Alguien recordó los amaños mientras esta Azul y Blanco competía de tú a tú en Copa Oro? Para nada.

Cuando tomó su cargo, dijo que un objetivo era devolver a la afición salvadoreña el orgullo por su selección. Le faltó la cereza de al menos pasar a cuartos de final de Copa Oro, pero cierto es que este grupo dejó una gran imagen en fase de grupos ante Canadá, Costa Rica y Jamaica. No es poco, en un “proceso” de apenas 14 meses de trabajo, y en la máxima competición de selecciones de Concacaf.

Un legado “light”: el Roca Style. Lo incluyo para apuntar a la elegancia con la que el catalán se comportó, no solo en su vestimenta, sino en cuanto a sus formas con el periodismo en general. Si bien perdió los cabales en algunas entrevistas y con algunos colegas, en general siempre buscó la diplomacia, sin eludir la crítica.

Por último, pero es quizá lo más importante: Logró convencer a esta generación de que se puede jugar de tú a tú con la pelota al piso, con el toque asociado. Le dio al grupo una identidad, una forma de entender el fútbol y llevarlo a la práctica de forma competitiva. ¿Habría alcanzado esto para soñar con Rusia 2018? Nunca lo sabremos.