El espíritu de Olimpíadas

Compartir antes que competir. Con esa premisa se esperan los Juegos Mundiales. Y los entrenamientos son compartidos con otras delegaciones

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25 son los atletas salvadoreños que representarán al país en los Juegos Mundiales de Olimpíadas Especiales. Competirán en 7 disciplinas.

/ Foto Por Gustavo Flores

Por Gustavo Flores | Twitter: @Gusflores21 | Enviado especial a Los ??ngeles, EE.UU

2015-07-23 7:21:00

El primer día completo de la delegación salvadoreña en Estados Unidos tuvo de todo: diversión, entrenamiento, baile, esparcimiento, integración. De eso se trata la historia de Olimpíadas Especiales, de competir y compartir. Y más allá del deporte, integrar las distintas culturas de cada uno de los chicos de los 177 países que integran esta enorme familia deportiva.

La ciudad anfitriona de El Salvador es Santa Clarita, amigable lugar a dos horas de Los Ángeles, con poco más de 150 mil habitantes y que ha recibido a la delegación del país con honores. Comparten el lugar de alojamiento, el inmenso colegio secundario “Masters College”, la numerosa delegación de Filipinas, los alegres muchachos de Islas Faroe y los diez atletas llegados desde el pequeño país africano de Malawi.

Instalados de la mejor manera y pensando en la gran fiesta de inauguración de los Juegos -que será el sábado con personajes del primer nivel del mundo del deporte, la política y la música como invitados-, los atletas salvadoreños ya imaginan sus competencias. Por eso y sin perder tiempo, ayer bien temprano empezaron a entrenarse con una particularidad: lo hicieron mezclados con el resto de los países que comparten el lugar.

La rutina era exigente pero divertida. Los chicos eran divididos en grupos con la única condición que hubiera en cada uno de ellos, atletas de los cuatro países allí instalados. Primero, carreras en el mini estadio de béisbol que tiene el colegio; luego se pasaba al gimnasio de básquetbol donde les enseñaban pases, rebotes y lanzamientos al aro. Después, rutinas de coordinación. Todo en un ambiente de armonía difícil de encontrar en otra competencia.

Por la tarde, la hora de la recreación. Todos juntos al parque de la Montaña Mágica, principal atractivo turístico de la ciudad. Allí, los chicos almorzaron, conocieron –sin subirse- a las gigantescas montañas rusas y aprovecharon para tomarse fotos con los personajes del “Coyote” y “Petunia”. Alegría al por mayor.

No terminaron ahí los agasajos. Hubo tiempo para ver espectáculos y bailar, primero por la tarde en el llamado “Carnaval del Oeste” en una iglesia cercana y luego en la llamada “fiesta del sorbete” que se realizó en el lobby de la escuela.