La Torre CN, ubicada en el centro de Toronto, y a un costado el Rogers Centre, estadio de los Blue Jays, es una maravilla. Sí, así como lo leen: es un orgullo para los canadienses contar con esta estructura que fue terminadaen 1976 por Canadian National.
Fue la torre más alta del mundo por más de 30 años, hasta que se construyeron otras alrededor del mundo. Sus 553 metros de altura permiten al visitante observar toda la ciudad de Toronto, incluso, de noche, también hay una vista mínima de las luces de las Cataratas del Niágara.
Su primer nivel cuenta con el piso de cristal, el cual, si se le teme a las alturas puede ser una mala experiencia. También a los que no padecen de ese problema genera algún temor pasar por ese sector.
El restaurante es otro de los atractivos a este tour, el cual gira 360 grados en 72 minutos. Pero los precios para comer allí no están al alcance de los bolsillos de todos. La cena puede rondar los $50 por persona.
La idea de construir este monumento surgió en vista de los problemas de comunicaciones que se empezaba a tener con tantos rascacielos que están sembrados en el centro, además de demostrar el poder que tenía el país para hacer el monumento que es visitado por millones durante el año.
Como en mi caso, que me he extraviado muchas veces en esta inmensa ciudad, la Torre CN es mi punto de referencia, es un alivio verla porque me ayuda a ubicarme.
El jueves tuve la oportunidad de subir con un amigo salvadoreño, el cual fue mi guía, se trata de Carlos Mena, quien tiene casi 30 años de vivir en este hermoso país.